"Un hombre valiente no teme a las fuerzas de la naturaleza.
Uno sensato se guarda de ellas..."
G.Goldman y D.Z.Weinstein en "GOLPE EN LA PEQUEÑA CHINA" (1986)
Acabo de ver una película titulada Grizzly man. Muy educativa. Es la historia de Tim Treatwell. Un tipo que amaba tanto a los osos que durante trece años se fue todos los veranos a la península de Alaska a observarlos y vivir como ellos. La cinta, de Werner Zerzog, es un documental con imágenes grabadas por Tim con su propia cámara de vídeo y entrevistas del director alemán a todos aquellos que conocieron al rubio aventurero. Tim amaba al oso grizzly, un bicharraco de más de tres metros de altura, con grandes dientes y enormes garras. Aparentemente tranquilo y pacífico, como los ositos de los cuentos, pero que puede decapitarte y devorarte en cuestión de minutos. Este hombre convivió con ellos durante muchos años, rompió las barreras que separan al hombre de la bestia. Como él mismo explica, el secreto era ser uno de ellos, gruñirles cuando se acercaban demasiado, demostrarles que tenían que tenerle respeto y miedo, como un plantígrado más… Increíble.
Si esto fuera una película de ficción, Tim habría convivido con ellos, su mujer y sus hijos hasta ser un anciano y habría ganado el premio Nobel de la Paz de los animales. Al recogerlo soltaría un discurso sobre la hermandad entre hombre y oso. La gente puesta en pie aplaudiría emocionada. Sube música fanfarria. Funde a negro. Fin. Pero como esto es un documental no acaba así...
¿El final de la historia?
Efectivamente, un oso se comió al idiota de Timothy. ¿Por qué? Porque Tim no era un oso, porque los grizzlys no le tenían respeto pese a sus gruñidos y porque la barrera hombre/animal nunca se rompió. Un oso, con más juicio que el Indiana Jones rubio, sabíaque no era uno de ellos y que sus gruñidos humanos eran más falsos que un Judas de plástico. Así que, ese oso que no soportaba al humano haciendo el oso, como es normal, decidió un día convertir al ecologista en su plato del día. La novia de Timothy fue el postre.
Perdónenme ustedes la crueldad del comentario pero el señor en cuestión no me merece ningún respeto. La Naturaleza que es muy sabia se traga a los estupidos y nunca mejor dicho como pudo comprobar Tim... Porque irse a vivir entre esas bolas peludas, pensando que son criaturas del Señor y parientes del Osito Misha, es de ser, además de un ingenuo, un estúpido. Simplemente. Y no admito la bondad como sinónimo de la estupidez.
Es la base del pensamiento Alicia, que tan bien ha definido el filósofo Gustavo Bueno, y tan de moda en nuestros días. Esa filosofía que propugna que aún no hemos salido del paraíso divino en el que Dios nos colocó y en el que todo el mungo es güeno, los animalillos son hermanos angelicales y la naturaleza, una madre sabia. Pues no, mire usted, como ya dijo alguien, "la madre naturaleza es una hija de perra". A la que hay que respetar, claro está, pero respetar no intimar, porque si no, te devora. Y sin ketchup ni nada, oiga.
Mire, para mí no ha habido mejor ecologista que Jacques Costeau. Nadie amó el mar más que él. Y nadie lo cuidó mejor. Pero siempre que bajaba a observar los tiburones blancos iba metido en una jaula… Lo que les pasa a muchos de estos ecologistas de nuevo cuño es que han visto mucho Disney y poco Nacional Geografic. Y eso, claro está, termina afectando al cerebro.
Yo, que me iba cabreando a medida que pasaban los minutos con la exaltación que hace el director de la estulticia humana disfrazada de bondad, he sentido alivio al ver aparecer unos cuantos señores con sentido común. A saber: el biólogo que cuenta con habilidad que para conocer a los osos no hay que vivir con ellos, simplemente. Hay que estudiarlos. Hay que leer sobre ellos. Hay que trabajar… Vamos, que el bueno de Tim era el típico caso de chico que mucho observar pero poco currar. Que mucho amor pero poca ciencia. Que mucho hacer el oso por el día pero que poco hacer el trabajo por la noche. Que escribía menos que el negro de Ana Rosa Quintana, vamos.
El segundo que da su opinión es un lugareño. De esos que si fuera extremeño llevaría boina y cayado. De los de pueblo-pueblo. Todos los tios de pueblo son iguales así sean de Cuenca o de Alaska. De los que no han estudiado pero que saben… todo. Uno de esos tipos que ha vivido, no ya los veranos, sino los 365 días del año junto a los grizzlies, como sus padres y sus abuelos y sus tatarabuelos… , y sabe desde pequeñito que con ellos no hay que tomarse confianzas. Que son animales salvajes. Que los osos de los cuentos son eso: cuentos. Y con una filosofía que muy bien le hubiera venido al bobo de Tim contesta con franqueza: “Quería ser un oso, actuaba como un oso. Pero nosotros aquí, en la isla de Kodiak, no lo hacemos. Es un error invadir su territorio. Actuar como un oso, como él hacía, es una gran falta de respeto hacia los osos y lo que ellos representan. Donde yo me he criado, en mi cultura, los osos nos evitan y nosotros a ellos, hemos aprendido que hay una frontera que tiene siete mil años entre ambos... impercetible, pero que cuando la cruzamos, pagamos por ello.” Cuanta sabiduría.
Después aparece otrode esos tipos de pueblo con mala baba (en plan yankee, con camisa de cuadros) sin complejos al que dirán, y políticamente incorrecto, al que le da igual que el pobre Tim esté muerto. Muchos dirían que habla sin ningún respeto. El, sólamente piensa que un imbecil es siempre un imbécil. Sea cual sea el estado vital en el que se encuentre: "Actuaba como si fueran personas disfrazadas de oso y no animales salvajes. Si duró tanto tiempo vivo fue porque los osos debían de pensar que era retrasado mental o algo así. Aquel dia el oso decidió que ya había aguantado bastante a Tim o pensó: a lo mejor está bueno si me lo como..." Vale, es salvaje, pero también salvajemente sincero. Hasta los osos tienen su anguante. ¿Se imaginan un oso haciendo el humano frente a uno día tras día? Realmente, Tim tenía que ser buena persona pero un poco inaguantable.
Cuando los hombres fueron a rescatar lo que quedaba del señor Treatwell, su reloj de pulsera "literalmente", abatieron a su gourmet a golpe de rifle. Esta es para mi la única parte trágica de la historia. La cadena se partió, como siempre, por la parte más débil. Tim no se comportaba como un humano y el pobre animal solo hacía lo que le dictó su instinto: alimentarse de carne, porque los biomanán todavía no están en la dieta de los osos.
Esto enlaza, casualidades de la vida, con unos carteles con los que apareció empapelado mi barrio el fin de semana . Las fotocopias pegadas en las paredes decían así: “Día mundial de los derechos de los animales. No al maltrato animal. No te los comas. Hay otras alternativas…”
Pensamiento Alicia nuevamente. Estoy a favor de que no se maltrate a ningún ser vivo, incluidas las zanahorias a cuyo caroteno en muchas ocasiones no se le tiene el debido respeto, pero de ahí saltar a "No te los comas…" Hombre, comerse a los animales no es maltratarlos... Dicha sugerencia es ir contra la naturaleza: el hombre es carnívoro. Se alimentó de animales que cazaba antes que de bayas o, mucho antes, de cultivar la tierra. Es carnívoro como lo es el león. Como lo es el tiburón. Como lo es el oso que se merendó a Tim. Y no pasa nada.
La Naturaleza, que es sabia y muy cruel (por si no lo han notado los ecologistas-alicia), no sólo permite sino que IMPONE que unos bichos se coman a otros. Ya sé que ahora me vendrán con el cuento de la sobre explotación de los mares y demás. Claro que sí, estoy de acuerdo con impedir la sobre-explotación. Pero el cartelito no hace referencia a eso. Hace referencia a que respetar a los animales es no comérselos, y no, mire usted. La Madre Naturaleza dice en su primer mandamiento: "Comeros los unos a los otros". No hay nada más natural que un león comiéndose a una gacela. Ya sé que no solo de carne vive el hombre. Hay otras alternativas, claro que sí, con las que también gozo muchísimo pero ¿por qué tienen que ser incompatibles? ¿Por qué sólo comer tempura y renunciar después a un chuletón poco hecho? O a un bacalao al pil pil si la sangre le da a alguno repelús.
¿No se dan cuenta que queriendo ser “naturales” consiguen ser de lo más “artificial”? Nada más antinatural que el hombre imponiendo sus reglas a la naturaleza. Intentan imponer una filosofía humana allí donde imperan unas leyes inmutables desde hace millones de años. Nuestra lógica, gracias a Dios, no es aplicable a la vida en el planeta. La realidad nos dice que el día a día en el mundo animal es cruel y destructivo. Una lógica que manda comer y evitar ser comido.
Eso sí, nosotros deseamos en nuestro buenismo, que todos los hombres, bestias y plantas suban juntos en buena armonía al arca de Noe y coman lechuga (si es que las lechugas no tienen nada que objetar) y se dirijan unidos hacia la puesta de sol. Allí, Dios nos abrirá de nuevo el paraíso terrenal, y todas sus criaturas viviremos en paz y armonía hasta el fin de los tiempos...
Vale, pero si a la entrada nos pone una tapita de jamón de pata negra, estoy seguro que la Eternidad pasará mejor…