“Como escribió el gran Aristófanes:
la juventud pasa,
la inmadurez se supera,
la ignorancia se cura con la educación
y la embriaguez con sobriedad,
pero la estupidez...
la estupidez dura para siempre”
Neil Tolkin en “EMPEROR´S CLUB” (2002)
Se inicia una nueva sección. Aunque mejor sería decir, simplemente, una sección: La surrealistoteca. Como ya he comentado en numerosos post, la base de este blog es intentar mantener intacta mi capacidad de asombro ante el mundo que me rodea. Pero, dado los tiempos que corren, francamente, no tengo que hacer demasiados esfuerzos. Son malos tiempos para la coherencia. El surrealismo nos invade: nuestros políticos, nuestros intelectuales y, lo que es peor, la gente de a pie acepta como normales situaciones surrealistas. Ven desnudo al emperador y nadie se atreve a decirlo o, lo que es peor, le ven realmente vestido. Lo cual me inquieta mucho más.
Así, he decidido dejar constancia de estas situaciones para que, pasado el tiempo, miremos atrás y nos pongamos colorados. Y, sobre todo, no olvidemos. Puede sonar que esto se escribe desde el rencor pero aseguro que no es así. Nace de que, desde hace un tiempo, debe ser que soy mayor. Mayor no es un adjetivo. Es un comparativo. Así que entiéndase: mayor que otros. Y más joven que muchos, así que no me quejo. Lo digo porque dados mis años empiezo a recordar cosas, algunos lo llaman experiencia, y a no dejarme embaucar como cuando uno pensaba que “to el mundo es güeno”. Por supuesto que me he tragado milongas, y me las sigo tragando, pero cada día se lo pongo más complicado. Y sobre todo, como buen toro “toreado”, es difícil que se me cuelen dos veces por el mismo pitón… He aprendido a embestir.
Por eso, intentaré dejar constancia aquí de los tiempos ridículos que vivimos. Y lo que es peor: como empezamos a dejar de asombrarnos. Pero no, me niego. Mientras sigamos sorprendiéndonos, podremos seguir luchando contra la estupidez. El día que dejemos de hacerlo, es que la estupidez ha entrado en nosotros. Seremos uno más de esos seres que salieron de las vainas que hay debajo de nuestra cama.
No son denuncias. Son fotos. Fotos de la realidad que nos está tocando vivir.
Os invito a enviarme noticias surrealistas, no relacionadas con sucesos, de esas hay muchas… sino cosas que os parecen surrealistas y que a todo el mundo le parece de lo más normal. Muchas veces son solo recuadros a pie de página o noticias enfocadas desde la normalidad… donde la premisa principal es tan falsa como un Judas de Plástico. Poned en marcha las neuronas y buscad. Preferiría que me enviarais también un enlace para comprobar la veracidad de vuestros descubrimientos. No porque dude de vosotros, sino porque no quiero meter la pata y hacer caso de la rumorología, leyendas urbanas y comentarios malintencionados. Ya sabes: un pásalo. Os pongo un ejemplo…
Todos sabéis que tenemos nueva Ley de Enseñanza. No voy a juzgarla. Será tan patética como las que la precedieron y que son perfectas para las fabricas de burricia en las que se han convertidos los colegios: públicos, privados, concertados y extraterrestres… Lo que me llamó la atención es lo siguiente: La asignatura de Historia en los nuevos planes de estudios pasa a denominarse “Cambios en el tiempo”. Como lo leéis… ¡Que solemnidad! “
- ¿Tú no dabas clases de Historia en el instituto Marañón?
- ¿Yo? ¡Que dices! Soy licenciado de Cambios en el Tiempo.
- Ohhhhh, que suerte... y yo que sólo soy un simple profesor de matemática
- De eso nada, TÚ eres un titulado en “Dogmas de la numerología…”
Coño, si parece que las clases las van a dar Einstein y Stephen Hawking. ¿A quién se le ha ocurrido semejante estulticia? ¿Piensan que con el titulito de marras subirá el ego de los ya maltratados profesores?
Lo único que sé es que esta asignatura estará dotada de menos horas lectivas para que, a cambio, goce de más tiempo una nueva materia llamada “Educación para la ciudadanía”, que además de pedante me suena fatal. Ahora que hemos sacado de las escuelas la clase de religión (católica) hay que adoctrinar a los infantes con una nueva religión: la ciudadanía. Es decir, como ser un ciudadano sumiso y no quejarse de nada. Sea usted educado y no moleste. Pero no es nuevo. Este adoctrinamiento ya se hacía en pasadas épocas en todo el mundo. Es habitual de regímenes totalitarios. Aquí, hasta hace nada, nuestros padres tenían el llamado F.E.N. (Formación del Espíritu Nacional) es decir, como ser un buen españolito, bien formado y obediente, no piense y, sobre todo, no se queje usted… Y circule.
O sea, más de lo mismo.
Cambios en el tiempo… Manda huevos. Yo hubiera preferido, Regreso al futuro. Tendría mucho más gancho entre los chavales y más tirón publicitario… donde va a parar.
P.D. El próximo día hablaremos de los Goya. Tuvimos allí, in situ, varios habitantes de este blog. Uno, incluso, subió a recoger un “cabezón”…