31 enero, 2007

LA SURREALISTOTECA

“Como escribió el gran Aristófanes:

la juventud pasa,
la inmadurez se supera,
la ignorancia se cura con la educación
y la embriaguez con sobriedad,
pero la estupidez...
la estupidez dura para siempre”


Neil Tolkin en “EMPEROR´S CLUB” (2002)

Se inicia una nueva sección. Aunque mejor sería decir, simplemente, una sección: La surrealistoteca. Como ya he comentado en numerosos post, la base de este blog es intentar mantener intacta mi capacidad de asombro ante el mundo que me rodea. Pero, dado los tiempos que corren, francamente, no tengo que hacer demasiados esfuerzos. Son malos tiempos para la coherencia. El surrealismo nos invade: nuestros políticos, nuestros intelectuales y, lo que es peor, la gente de a pie acepta como normales situaciones surrealistas. Ven desnudo al emperador y nadie se atreve a decirlo o, lo que es peor, le ven realmente vestido. Lo cual me inquieta mucho más.

Así, he decidido dejar constancia de estas situaciones para que, pasado el tiempo, miremos atrás y nos pongamos colorados. Y, sobre todo, no olvidemos. Puede sonar que esto se escribe desde el rencor pero aseguro que no es así. Nace de que, desde hace un tiempo, debe ser que soy mayor. Mayor no es un adjetivo. Es un comparativo. Así que entiéndase: mayor que otros. Y más joven que muchos, así que no me quejo. Lo digo porque dados mis años empiezo a recordar cosas, algunos lo llaman experiencia, y a no dejarme embaucar como cuando uno pensaba que “to el mundo es güeno”. Por supuesto que me he tragado milongas, y me las sigo tragando, pero cada día se lo pongo más complicado. Y sobre todo, como buen toro “toreado”, es difícil que se me cuelen dos veces por el mismo pitón… He aprendido a embestir.

Por eso, intentaré dejar constancia aquí de los tiempos ridículos que vivimos. Y lo que es peor: como empezamos a dejar de asombrarnos. Pero no, me niego. Mientras sigamos sorprendiéndonos, podremos seguir luchando contra la estupidez. El día que dejemos de hacerlo, es que la estupidez ha entrado en nosotros. Seremos uno más de esos seres que salieron de las vainas que hay debajo de nuestra cama.

No son denuncias. Son fotos. Fotos de la realidad que nos está tocando vivir.

Os invito a enviarme noticias surrealistas, no relacionadas con sucesos, de esas hay muchas… sino cosas que os parecen surrealistas y que a todo el mundo le parece de lo más normal. Muchas veces son solo recuadros a pie de página o noticias enfocadas desde la normalidad… donde la premisa principal es tan falsa como un Judas de Plástico. Poned en marcha las neuronas y buscad. Preferiría que me enviarais también un enlace para comprobar la veracidad de vuestros descubrimientos. No porque dude de vosotros, sino porque no quiero meter la pata y hacer caso de la rumorología, leyendas urbanas y comentarios malintencionados. Ya sabes: un pásalo. Os pongo un ejemplo…

Todos sabéis que tenemos nueva Ley de Enseñanza. No voy a juzgarla. Será tan patética como las que la precedieron y que son perfectas para las fabricas de burricia en las que se han convertidos los colegios: públicos, privados, concertados y extraterrestres… Lo que me llamó la atención es lo siguiente: La asignatura de Historia en los nuevos planes de estudios pasa a denominarse “Cambios en el tiempo”. Como lo leéis… ¡Que solemnidad! “

- ¿Tú no dabas clases de Historia en el instituto Marañón?

- ¿Yo? ¡Que dices! Soy licenciado de Cambios en el Tiempo.

- Ohhhhh, que suerte... y yo que sólo soy un simple profesor de matemática

- De eso nada, TÚ eres un titulado en “Dogmas de la numerología…”

Coño, si parece que las clases las van a dar Einstein y Stephen Hawking. ¿A quién se le ha ocurrido semejante estulticia? ¿Piensan que con el titulito de marras subirá el ego de los ya maltratados profesores?

Lo único que sé es que esta asignatura estará dotada de menos horas lectivas para que, a cambio, goce de más tiempo una nueva materia llamada “Educación para la ciudadanía”, que además de pedante me suena fatal. Ahora que hemos sacado de las escuelas la clase de religión (católica) hay que adoctrinar a los infantes con una nueva religión: la ciudadanía. Es decir, como ser un ciudadano sumiso y no quejarse de nada. Sea usted educado y no moleste. Pero no es nuevo. Este adoctrinamiento ya se hacía en pasadas épocas en todo el mundo. Es habitual de regímenes totalitarios. Aquí, hasta hace nada, nuestros padres tenían el llamado F.E.N. (Formación del Espíritu Nacional) es decir, como ser un buen españolito, bien formado y obediente, no piense y, sobre todo, no se queje usted… Y circule.

O sea, más de lo mismo.


Cambios en el tiempo… Manda huevos. Yo hubiera preferido, Regreso al futuro. Tendría mucho más gancho entre los chavales y más tirón publicitario… donde va a parar.



P.D. El próximo día hablaremos de los Goya. Tuvimos allí, in situ, varios habitantes de este blog. Uno, incluso, subió a recoger un “cabezón”…

24 enero, 2007

HABLEMOS DE SEXO (SIN DECIR GUARRADAS)

“Un día sin sexo… es un día perdido.”

M.Gerbosi en DESENFOCADO (2002)


Acababa de acostarse con Ava Gardner, el animal más bello del mundo, y Luis Miguel Dominguín se vistió a toda prisa. Ella, acostumbrada a que los hombres la adoraran como la diosa que era, se extrañó de que un españolito dejara el lecho a los pocos minutos de haber consumado: "¿A dónde vas?" le preguntó. "¿A dónde? ¡A contárselo a mis amigos!" Bien sabía el torero que a los españoles nos gusta practicar el sexo pero nos gusta aún más comentarlo.

Por eso levantan tanta expectación los programas que se dedican a explicarnos todo lo referente a la entrepierna. Y siempre que estrenan uno, allí estoy yo. No es que esté salido, no, es que me gusta informarme. Mira que llevamos juntos mi "pequeño amigo" y yo pero oye, como decía Felipe (el amigo de Mafalda) uno nunca termina de conocerse. ¿Ha colado? No, claro. A mi también me gusta hablar de sexo que, no nos engañemos, es otra forma de sexo. Y es que el sexo no nos abandona por mucho que crezcamos. Siempre pensé que esto se me pasaría con la edad pero no… al contrario. Es una enfermedad degenerativa. Va a más.

Recuerdo el primer programa de este tipo: Hablemos de sexo. Lo conducía una señora llamada “la doctora Ochoa” y lo dirigía Chicho Ibáñez Serrador. Nunca la olvidaré: era doctora pero tenía pinta de institutriz. Siempre con traje de chaqueta (con falda) y tapadísima hasta el cuello. Pelo recogido permanentemente para hacernos ver, subconscientemente, que era una mujer que lo tenía todo controlado (cuantas cosas podría haber dicho Freud de sus peinados) y un tono de voz frío, monocorde, hablando de vulvas y penes como quien da los datos del Ibex 35. A mi me ponía muchísimo. No por lo que decía, ya que me quedaba embebido por sus frases secas y directas, sino porque estaba convencido de que sería una perfecta Dominatrix. En mis sueños húmedos, me la imaginaba vestida de cuero y botas hasta las ingles dándome todo tipo de órdenes. Es curioso, yo que tengo mucho de Amo y nada de Sumiso, que esta mujer consiguiera que yo me “pasara al otro lado”. Curiosamente, la vida luego me dio la razón. Cuando la doctora Ochoa dejó el mundo de la televisión, se casó con Norman Foster, un arquitecto mucho mayor que ella al que estoy seguro que le iba la disciplina inglesa (lo normal siendo británico) e hizo realidad con ella mis sueños adolescentes. Y si no fue así, discúlpeme usted doctora, pero no voy a permitir que la odiosa realidad estropee mi fantasía.

Después vino la estrella mediática autodenominada como La Gemio con un programa titulado Esta Noche sexo. Ya el título era malo. Es como una imposición. Esta noche toca, así que prepárate. Eso ya, de entrada, a uno le tira para atrás. Es como “sábado sabadete…” Sonaba a polvo marujil. Y eso es lo que era… Esta "profesora" estaba empeñada en democratizar el sexo, entendiendo por democracia sexual que cualquier Maruja iletrada que contara su experiencia sexual sin ningún atisbo de pudor era sinónimo de fresco y divertido… Y no. Esta Noche sexo o como conseguir que el sexo sea sucio cuando se habla de él en televisión. Por sus sonrisas nerviosas, sus testimonios patéticos, y sus aires de superioridad hacían del sexo algo chavacano aunque llamara penes a las pollas. Pero es que Isabel hablaba del sexo como si le diera repelús porque en su infancia le hubieran enseñado que era de mala educación hablar de esas cosas, como si quisiera pasar de puntillas por encima de estos temas... Aquello acabó mal y ¡sorpresa! ella, que sabía tanto de sexo, terminó marchándose a Cuba y encontrando, casualmente, a un marido caribeño como muchas de esas marujas que se van al caribe buscando cultura…

El último programa de televisión que recordaba dedicado al mayor de los placeres era el moderno Me lo dices o me lo cuentas (cuando estaba en autonómicas) que pasó a tener un título más sugerente en TVE: dos rombos. Lo presentaba Lorena Berdún, una chica que, esto es una parafobia mía, no podía ver. Ella hablaba espasmódicamente sin parar, pero todas mis miradas se dirigían a sus manos. Unas manos largas, enormes, “agarradas” (de garra) que no dejaba de mover mientras repetía la lección aprendido. No digo que lo hiciera mal, no. Pero, simplemente la veía como una de esas compañeras de clase de la facultad que hablaban mucho de sexo pero que te daba la impresión de que no se habían comido un colín en su vida. Que hablaban de sexo por lo que habían leído en el Pronto y el Super Pop.

Hace pocas semanas descubrí en la Sexta uno nuevo: “Todos a cien” que reconozco que me hizo gracia. Una especie de magazine sobre el mundo del morbo, reportajes calentorros y hasta una sección tipo Bricomanía con todo tipo de trucos y artilugios para hacerte “unas pajillas”. La de imaginación que se echa a perder. Cuanto genio suelto sin nada que hacer… Fascinado me quedé. Yo que siempre me creí un degenerado, comprendí que no llego ni a aprendiz de pervertido… Como decían en aquella película: “me deprimí al darme cuenta de lo asquerosamente normal que soy.”

Pero el verdadero motor de este post llega zapeando un viernes por los canales convencionales. Lo más normal es que te encuentres en pantalla a gente haciendo todo tipo de esfuerzos por reproducirse. Incluso a aquellos/as que no pueden reproducirse. Hay que ver lo que da de sí, eso que dijo Dios de creced y reproducíos… Cuanto cristiano practicante (muy practicante) anda suelto. Antes me alegraba el cuerpo y la vista, ahora ya, como es tan corriente uno no se le anima ni el dedo con el que cambiar de canal. Ya se sabe, parte de la excitación es el morbo de lo prohibido o de lo que no es habitual.

Pero, de repente, me encontré una carátula de comienzo con un título prometedor: “Alessandra… Sólo sexo.” Pensé que era un promocional de una meretriz asociado a un 803 (muy típico de esas horas) o el comienzo de una nueva peli porno. Pues no. Era un programa de sexo. De sexo del que se habla. Y claro me quedé. No le voy a hacer aquí publicidad porque era vulgar: una chica caribeña, con ese acento que embelesa, nos habla de sexo como si no hubiéramos descubierto aún lo que tenemos entre las piernas, nos dice que no hay que avergonzarse de nada, que hay que hablar de todo… vamos como si tuviera quince años (que es la edad mental que piensan que tiene el espectador), banalidades como famosos contestando preguntas sobre el tema y llamadas telefónicas con preguntas de los telespectadores(uf que derroche de originalidad). Pero lo mejor está por llegar...

La presentadora se llama Alessadra… pero nos han ocultado su nombre completo en el título. Su apellido es ¡¡¡Rampolla!!! ¡¡¡Rampolla!!! ¡¿Por Dios, es que nadie piensa hacer un chiste sobre el tema?! ¿Como una sexóloga (en el caso que tenga el título) puede llamarse Rampolla? ¿Nadie le dijo que, aunque sea muy honorable, tenía que cambiárselo si pretendía ejercer? ¡¡¡Es como si un actor porno se llamara Agapito Pequeño!!! Quizá la familia de los Pequeño es de rancio abolengo y Agapito es un nombre es de honda tradición castellana pero juntos, y si uno quiere dedicarse al porno es… ¡inaceptable!. Lo siento, no puedo por menos que imaginar como será la grabación de uno de estos programas… ¿os acordáis de la famosa secuencia en La vida de Bryan del tribuno romano llamado Pijus Magníficus cuyos legionarios lloraban aguantando la risa cada vez que este decía su nombre…? Pues eso, me imagino a la pobre Alexandra entrando en ese plató y todo el equipo aguantando la carcajada cada vez que aparece el rótulo con el apelllido. Toda su credibilidad al pique por la falta de un nombre artístico.

Después de todo este repaso por la sexualidad en televisión, me ha asaltado una idea. Un buen programa de sexo lo debería hacer la Preysler . La de leyendas urbanas que corren por ahí sobre sus presuntas artes amatorias y a los altos tálamos que le han llevado esos conocimientos. Y lo que más me pone: tiene pinta de saberlo todo sobre el tema pero no haber pronunciado en su vida la palabra sexo.

Pues eso, que venga y nos lo cuente... que ella si que sabe.



17 enero, 2007

SEÑOR PRESIDENTE

"Ningún mentiroso quiere reconocer que lo es."

A.Kurosawa y S.Hashimoto en "RASHOMON" (1950)





Es usted un impresentable.


Sí, yo soy de los que no le votaron, pero decidí darle un margen de confianza porque, desde el momento que ganó en las urnas, era mi presidente. Pero por la última ya no paso. Que no. Que no paso... Nos dice que todo va de maravilla y al día siguiente… el horror. Que fulano primero es un buen chico, y al día siguiente… carga de profundidad. Donde dije digo, digo Diogo. ¿No se cansa usted de hacer el ridículo? ¿Hasta cuando tendremos que aguantarle?

Cuando el anterior presidente decidió dejarlo, todos pensamos que vendría algo mejor. No era él un tipo simpático. Yo diría que gris, con pinta de lechuguino (ese al que los chavales siempre pegan en el patio) pero hizo su trabajo mejor que bien. Metió la pata en cosas, que duda cabe, pero lo que no podemos negar que su gestión económica fue impecable. Y no me venga con el cuento de que fue coyuntura del momento. Encontró una sociedad hundida económicamente y la reflotó de forma eficaz. Dejó tras de sí una riqueza, un capital que los que han venido detrás no dejan de dilapidar… Pero aquel presidente no era un tipo simpático. Le acusaron de prepotente y soberbio. No era de los de hacer amigos pero hacía las cosas porque creía en ellas. Por convicción, aunque algunas veces sus decisiones no fueran muy populares. Algunas de aquellas resoluciones fueron tremendamente impopulares en toda España pero hay que reconocerle que las hizo con valentía.

No crea, señor presidente, que digo esto por atacarte gratuitamente y porque fuera partidario de este pasado mandatario. El anterior a él, muy de su cuerda (la de usted), no es que fuera santo de mi devoción. Su gestión tuvo más sombras que luces. Era de esos tipos que sonríe y te da miedo. Pese a todo, ahí están también sus logros para la hisotoria. Innegables. Pero también tuvo que marcharse. Así son las urnas.

Los dos, unos grandes presidentes comparados con usted.

Usted llegó de rebote. Después de una jornada electoral convulsa. Días de insultos y acusaciones mutuas. De desconfianza en las urnas. Que pena. Pero ya lo dicen… quien mal empieza. Nunca le tuve confianza. Desde el principio, noté que era usted de los que se gusta hablando. De los que juega con las palabras para, al final, no decir nada. Ni una mala expresión pero ni una buena acción. Sus ojos claros, su sonrisa, su cara de ángel oculta una personalidad con dos caras. De los que en privado suelta la ira que contiene en público. Le gusta cortar cabezas desde detrás. Nunca a la cara. Como buen cobarde. Y a los últimos acontecimientos me remito. En esa trastienda es donde es usted realmente peligroso.

Dicen que eres abogado pero estoy seguro que no has ejercido nunca. No me lo creo. Lo siento. No te veo con capacidad. Un letrado, que tanto mide sus palabras, no puede permitirse el lujo de cometer tantos lapsus como en los que tú has incurrido en los últimos tiempos. Muchos te habrán llamado bocazas. Yo creo que, simplemente, dijiste lo que siente tu corazón. Y eso es lo que me da escalofríos.

Tampoco he soportado nunca ese buen rollito tuyo con los que son nuestros enemigos naturales. Pero no soy de los que quiere destruirlos. No me gusta la violencia, pero tampoco soy de los que quiere que se hable de Paz con ellos. Y no me gusta que negocies con ellos porque siempre que se ha hecho hemos salido perdiendo. Solo quiero que salga a por ellos y se les derrote. Eso sí, con las reglas en la mano. No me gustan las trampas y no soy de los que le gusta ganar a costa de todo... aunque sea de un gol con la mano como propugnaba un presidente anterior que seguro quer recuerdas. Pero sí, quiero que haya un vencedor y un vencido… y quiero que seamos nosotros los que ganemos el partido.

Tras tu enésima metedura de pata, has salido a los medios a pedir perdón. Pero no nos engañes: te has traicionado y nos has traicionado. El subconsciente hablaba por ti y no te diste cuenta de lo que estabas "largando". Ni siquiera han podido salvarte esta vez tus dos subordinados. Ellos bastante tienen con lo suyo y salvar sus respectivos puestos. Uno, porque empieza a hacerse patente que su pasado pesa demasiado sobre él, y el otro porque, simplemente, llegó ahí por una maniobra electoral.

Aparece usted en su canal de televisión privado y allí, bien maquillada la cara y la conciencia, da unas explicaciones que harían sonrojar al mismísimo Pinocho. No se las crees ni usted. Y se nota. Pero tranquilo, el grupo mediático por excelencia de este país le apoya, le pasa la mano por el lomo, y un grupo de voceros periodistas le defenderán hasta la nausea porque, sospecho, comparten intereses… pero ya ha perdido usted ya la credibilidad. Solo espero que su caída sea inminente. Que sea cuestión de tiempo. Lo único que deseo es que no lo deje todo como un solar antes de salir a empujones por la puerta de atrás.

Y basta de desviar la atención atacando a la oposición y ver conspiraciones secretas en su contra donde solo hay incapacidad de resolver los problemas. Y cumpla usted sus compromisos electorales. Ha incumplido ya demasiados.

Su llegada a la presidencia fue un accidente, plagado de incidentes, que amenaza con sacar oscuras revelaciones en los tribunales. Y no sé si me da más miedo que no salga nada a la luz… o que salga todo. Porque presiento que, indefectiblemente, perderemos todos cuando se sepa toda la verdad. Que las urnas se equivocaron. Que las elecciones no fueron limpias. Que todo ha sido un camelo.

Usted, mientras tanto en su nube, pensando que esto es un teatro donde, pase lo que pase en el escenario, todos seguiremos sentados en nuestros asientos ajenos a todo. Se equivoca. Espero que mis conciudadanos digan Basta Ya y acaben con este virreinato de estupidez e incapacidad...


Y ahora márchese señor Calderón.

Márchese y deje la presidencia de mi Real Madrid.


P.D. Pues claro que estaba hablando de fútbol. ¿Qué pensabais? No me gusta escribir de política.

12 enero, 2007

EL AÑO DE EVA

—Mis padres nunca me compraron lo que quería por Navidad.
—¿Y qué querías por Navidad?
—Hipopótamos hambrientos.

Richard Kelly en DONNIE DARKO (2001)



Mucho tiempo. Quizá demasiado que no aparezco por aquí. Es lo que tienen las Navidades. Que los buenos sentimientos le dejan a uno sin resuello. Cualquier año, encontrarán los Reyes Magos mi cadáver sobre la alfombra. Al lado de la chimenea... fallecido por sobredosis de bondad. Y es que cuando el cuerpo no está acostumbrado a lo bueno, lo mejor hace una mella irreparable.

Un nuevo año y unas nuevas resoluciones para cumplir durante los trescientos sesenta y cinco días que quedan. Yo, como soy futbolero, siempre digo que mi verdadero anuario empieza en septiembre y termina a finales de junio. La liga es la liga. El parón invernal es, simplemente, el momento de replantearnos la temporada y hacer algún fichaje que nos permita corregir aquello que no ha empezado bien. En realidad una excusa para gastar el dinero que no tenemos en ilusiones banas…

Sin embargo, este 2007 ha empezado bien. Bastante bien. Lo cual me inquieta. Mi alma gitana me recuerda que son mosqueantes los buenos principios. Pero, que se le va a hacer, habrá que aceptarlo. Así que, como buen egoísta, haré caso omiso a las treguas con paréntesis de quinientos kilos de explosivos, al presidente que más ha hecho por la palabra accidente, a los Rajoys rajados, y a todos aquellos que no creen en las palabras pero que se aferran a ellas como si las pronunciara dios… sin creer en dios. Voy a olvidarme de todos ellos y a prometerme ser feliz este año. Bueno, me conformo con serlo el diez por ciento de los días. Está bien. El cinco. Tampoco hay que ser avariciosos…

Prometo que mañana empezaré a pensar, a cavilar, a intentar analizar la realidad que amenaza con convertir mi cerebro en batido de idiotez… pero eso será mañana. Aún tengo atragantado un polvorón de generosidad en la meninge y una sonrisa empiñonada en el gaznate. Esperaré a que pase. Y a que desaparezcan las buenas intenciones para con mis congéneres. Esas son aún más peligrosas…

Feliz año a todos. Espero que estéis todos bien pertrechados… Este año promete ser muy interesante. Y espero estar aquí para contarlo. Como decía Margot Channing en Eva al desnudo: Agarraos, vienen curvas…