30 enero, 2008

ANA Y LOS DIEZ... MANDAMIENTOS

“Yo nunca te he mentido. Siempre te he contado "cierta versión" de la realidad.”

Nancy Meyers en “CUANDO MENOS TE LO ESPERAS” (2003)


Desde mi nueva ocupación, apenas tengo tiempo para nada, pero no quiero teneros abandonados. El bar sigue abierto. Pero mis neuronas están completamente ocupadas con cosas de trabajo así que no estoy por sumergirme en la actualidad política, social o electoral… tiempo tendremos. Así que os dejo con algo para meditar: las diez mejores frases que soltó esa filósofa occidental llamada Ana Obregón en un programa del sábado por la noche llamado La Noria y que sustituyó a la difunta Salsa Rosa…

Es todo un decálogo para la vida. Para su vida, quiero decir, claro.


1 - "Vengo a La Noria porque es el único programa profesional, serio y sin amarillismo"

Sí. Como todos sabemos, La noria es un programa de análisis político cuyos personajes entrevistados en anteriores ediciones han sido Jorge Javier Vazquez, Cristina Tárrega o los padres de Madeleine, la niña inglesa desaparecida en Portugal. Entre sus comentaristas cuenta con analistas profesionales altamente cualificados como Terelu, Jimmy Jiménez Arnau, el doctor Cabezas, la presunta choriza marbellí Isabel García Marcos o el director de Interviú… Lo presenta Iñaki Gabilondo. Digo, en que estaría yo pensando, Jordi González, conocido por haber conducido antes espacios de la enjundia de La casa de tu vida, Moros y Cristianos o TNT.


2- "Estoy preparando la vuelta de Ana y los 7 porque los niños me lo piden por la calle"

Lo harías si tuvieras los derechos pero… oh, no son tuyos. Pese a que vendiste a la gente que eras la guionista, argumentista, directora y “todocampista”… sólo eras Ana, la actriz que hacía de… ¡Ana!

3- "He luchado para que todo niño tenga derecho a vivir una infancia en paz"

Tú y la UNESCO. Pero seguro estoy de que de aquí nada les quitas el puesto.


4- "Ellas y el sexo débil no funcionó porque era una serie adelantada a su época"

Sí. Como Van Gogh, Mozart... pero ellos ni siquiera eran mujer como tú.


5- "El público español no estaba preparado para Ellas y el sexo débil"

Desde luego. Y me incluyo. No estábamos preparados … Pero es que imaginarte a ti como presidenta de gobierno, aunque sea en la ficción, requiere un trabajo mental de años.


6- "He rechazado dos millones de libras de la BBC por contar mi pelea con Victoria Beckham"

La NBC Y LA CNN también pujaron pero no fueron capaces de alcanzar semejantes cifras y no llegaron ni a negociar…


7- "Aquel día le dije: Victoria, ten cuidado a ver si va a estar grabándonos el Tomeito"

Y Victoria dijo: ja ja jajeito.


8- "He interpuesto más de 25 querellas y no he perdido ninguna"

Le faltó decir: “Y he sido mi propia letrada porque he estudiado Derecho viendo Ally McBeal y Shark.”


9- “Me siento amenazada y estoy pensando en irme a vivir a otro país"

Ahí si la creo: que la hayan amenazado. Pero motivos no faltan, ¿eh…? Sin embargo, si promete dedicarse solamente a la prensa rosa debería levantarse la fatua como ya se hiciera con Shalman Rusdie.


10- "Creo que soy algo así como la novia de España... ¿no?"

Sí, Anita, y la viuda de Europa, y el cura en el bautizo y el muerto en el entierro...


Una sola regunta: ¿es así o se lo ha terminado creyendo?

Creo que a los cincuenta y con un hijo que en poco tiempo le hará abuela, su actitud, lejos de ser divertida, comienza a ser patética. La falta de fama y de cariño suele tener extraños efectos en los ejemplares de hombre/mujer adult@

Os invito a hacer en los comentarios vuestras propias reflexiones a este impresionante decálogo.


P.D. Ruego una oración por el alma del Tomate, q.e.p.d., la basura (sin tele delante) no será ya lo mismo sin él…



17 enero, 2008

SÁLVESE EL QUE TREPA

“La maldad usa muchas mascaras, la más peligrosa es la mascara de la virtud.”

Andrew Kevin Walter en SLEEPY HOLLOW (1999)


Hace mucho tiempo, en una conversación con Pepe Sancho, me comentó que si algún día escribiera sus memorias, estas se llamarían "Sálvese el que trepa" por la cantidad de ellos con los que se había encontrado en esta profesión. Me pareció un magnífico título.

Y es que todos estamos al cabo de la calle de que este es el país de los trepas, esa subespecie humana que merecería al menos un par de capítulos del National Geografic: los individuos de esta categoría se caracterizan porque a base de reptar como culebras, se introducen en cualquier río para nadar (siempre a favor de la corriente, por supuesto) y, mediante saltos inexplicables, elevarse por encima de los otros para, finalmente, extendiendo unas alas (falsas lás más de las veces) volar más alto que cualquiera que se lo haya currado con un mínimo de dignidad. Una vez alcanzado este status es raro que lo abandonen. Así, van enganchando corriente aérea tras corriente y rara vez vuelven al duro suelo. De un puesto planean a otro, a menudo incluso mejor remunerado, y van dejando tras de sí el rastro de sangre de sus vícitmas.

Son esos individuos a los que, si miras los zapatos, los encontrarás llenos de pelos por la cantidad de cabezas que han tenido que pisar y llevan a sus espaldas más cadáveres que el sepulturero de la Almudena. Podríamos pensar que, en esta sociedad que padecemos, el trepa a su vez puede ser fagocitado por un trepa más ambicioso, más voraz. Cierto pero, como nos enseñan los documentales de la 2, los individuos de la misma especie se reconocen enseguida y rara vez suelen enfrentarse si no es estrictamente necesario. Así, prefieren coexistir pacíficamente, llevándose cada uno su parte del botín y echando sus excrementos a los que tienen por debajo. No, no es antropología. Es zoología pura.

En el especial ecosistema del show bussiness en el que llevo a cabo mi existencia profesional, el trepa es una especie que se desarrolla con especial intensidad ya que si en otras actividades laborales, estos individuos se multiplican gracias al dinero o la posición social, aquí contribuye a su crecimiento y expansión, la aparición en la atmósfera de un nuevo factor que multiplica por diez su actividad: el ego. “Que me vean. Que me reconozcan por la calle. Que me pidan autógrafos. Que me quieran…” Así, los codazos en los dientes para quedarme con el programa que tú presentabas, con la autoría de la serie que tú creaste, con el aplauso de la crítica que te han dado, o con los premios que tú has ganado, son moneda de cambio habitual. En mi caso, menos con el primero de los ejemplos que he citado, he sufrido todos los demás.

Uno, en su juventud ¡bendita ignorancia!, pensaba que en el premio llevarían la penitencia. Que el malo nunca vence. Que hay justicia poética. Que Dios en su inmensa sabiduría… Nanai. Nein. Nasti. Excusas de la conciencia que, a menudo, es mal pagadora. En este mundo (como decían en El último Gran Héroe) los malos sí pueden ganar. Y a menudo lo hacen.

Esta introducción, si fuera Félix Rodríguez de la Fuente lo habría hecho frente a la cámara, viene para presentar un artículo que describe perfectamente uno de estos especímenes. Ojo. Habla de un trepa puro. Sin mezcla. Un individuo joven. Terriblemente voraz y muy peligroso. Especialmente peligroso ya que el trepa, en algunos casos como en el que nos ocupa, tiene una apariencia frágil, sonrisa angelical, minifalda de colegial y esconde un depredador implacable en el pequeño cuerpo de un individuo hembra. Así, uno sólo nota el ataque cuando el trepa (como en Los ladrones de cuerpos) ya ha ocupado tu puesto. Entonces no hay nada que hacer. Sólo mirar como tú, es ahora él o ella, y la cara de gilipollas que se te ha quedado al otro lado del espejo…

TELETRIDENTE por Nico Rey. Blogs de El Mundo.es


Caye, 'teletrinchada'

15 de enero.- Llega pisoteándonos, como siempre, a pie de 'Callo'. 'Okupa' un espacio que no es suyo. Primero, le plagió el programa a su ex, el nicotínico Garci, y ahora le roba el suyo a Antoñito Gasset. Sin embargo, este otro espacio peliculero no pertenecerá nunca a la 'Paquirrina' cultureta. Hija de… Acabará esta niñata, como si lo viese, por dar un día no muy lejano otro de sus inevitables golpes de estado. En 'El Tiempo', de José Antonio Maldonado. Terminará sus días esta 'Caye con más salidas que el metro' hablándonos de copitos de nieve y descensos generales de las temperaturas. Que para eso está el 'teleprinter', ¿no? Para leer con más o menos soltura lo que otros, los Curritos de la Cruz, nos escriben.

¡Ay, Cayetana Guillén-Cuervo, chubasco teñido y tormentoso del que cuesta cobijarse! Chirimiri de blandiblub para sufridos telespectadores, para los que te padecemos en silencio (y sin Hemoal, ungüento antihemorroidal, que lo remedie). Miss Trepa haciendo lo que le viene en gana. Riéndose por lo bajinis de los contribuyentes. Estudiaste periodismo para ampliar miras en los submundos de la actuación. Reina y diva de La 2, su chiringuito playero donde se fumaba 'petas' en riguroso diferido con intención de mostrar al Mundo Libre que, además de feminista y progresista, la divina Caye está a favor de la legalización.

De niña a mujer en tiempo récord y resultados catastróficos. A la vista están. ¿Pues no va y se lo monta de 'femme fatale' mostrándonos sus cositas en un 80% de las pésimas películas que perpetra? Basta con revisar, quien pueda hacerlo sin sufrir un colapso nervioso, 'Más que amor frenesí' o 'Atómica'. O remontarse a las pelis de Ozores en las que empezó, de la mano de papá, enseñando con gesto de abuela la escasez de su 'tetamen'. ¿Cómo no va estar en crisis el cine español? ¡No somos tontos, Caye, por mucha carita de actriz del método estreñida que pongas en 'El abuelo'! La inmensa mayoría, por fortuna, te ha calado. No dudas en zambullirte en el pelotilleo más vil con tal de dorar la píldora al director invitado a tu coloquio. Entrevistadora de pacotilla, yoísta y falsa como un billete de tres euros. Sin embargo, cuesta protegerse, y mucho, de tu calabobos de lluvia ácida para cinéfilos ful. Lejos estamos quienes amamos la cosa por la gloria de Ingmar Bergman. ¡De 'Versión Española' a 'Días de Cine', guapetona, sólo media una estación: Plaza de los Esquiroles!

Atendamos, atendamos si no me creéis a lo que soltó, con sonrisa resplandeciente, la Guillotínica-Cuervo al presentarse en sociedad en la madrugada de La 2 del pasado jueves: "Antonio Gasset ha estado al frente de este programa durante 14 años, que se dice pronto, 14 años, media vida, y hoy comienzo yo con vosotros. Así que intentaremos estar a la altura del prestigio que ha alcanzado este programa. Por mi parte, Antonio, sabes que te quiero, que te admiro y que he aprendido mucho de ti durante este tiempo". Una pregunta: ¿qué pasaría por la cabeza de Antonio cuando vio, derrumbado en el sofá de su casa, este debú?

Eso, eso, cría Cuervos y te sacarán así constantemente en TVE. Empiezo a estar harto de estos 'hijísimos' de las teles patrias. De que se cumpla eso de que el genoma del genio se salta una generación. Caye y Fernandito. Fernandito y Caye. Tanto montan, montan tanto. 'Okupando' espacios ajenos ella, 'tarantineando' estúpidamente él. Nada que ver con sus papás. Pero ahí siguen. Como esos vecinos pelmas a los que nunca invitamos pero se plantan en casa cada dos por tres para darnos cuenta de su patetismo. Cría 'Guillén-Cuervos'...

No tengo el gusto de conocer a Cayetana ni me ha "trepado" a mi nunca. Sólo traigo hasta aquí este artículo como ejemplo de lo que todos hemos sufrido alguna vez... Porque ¿Quién no tiene uno de estos depredadores en su pasado?

Así que ya sabéis. Salid ahí fuera y tened cuidado, mucho cuidado, si no queréis ser las víctimas de un Trepa en un nuevo Capítulo de National Geografic.





13 enero, 2008

¡¡¡Y LA PAZ MUNDIAL!!!

- ¿Es verdad que la belleza esta en el interior?
- ¡Eso solo lo dicen los feos!

P. Guay y S.Mazur en MENTIROSO COMPULSIVO (1997)


Hay películas que a uno le gustan mucho aunque sabe que no pasarán a la Historia del cine. De esas que, cuando escribimos nuestra particular lista de favoritas, no aparecen y sin embargo, nos hacen especial gracia, nos sueltan la lágrima de forma inexplicable o nos dejan pegados al televisor una tarde de sábado aunque tengamos cosas más interesantes que hacer.

En mi caso, tengo un ejemplo para cada uno de estos casos. A saber.

Jim Carrey es un tipo astragante, excesivo y odiable en su más amplio sentido de la expresión pero, lo confieso, yo he llorado de risa con algunos chistes de DOS TONTOS MUY TONTOS (1994). El plano en el que el niño ciego acaricia un periquito que tiene en sus manos, y cuya cabeza ha sido pegada al cuerpo con cinta celo, mientras el chico se pregunta por qué su pájaro ya no canta como antes, me parece de un humor duro y cruel, políticamente incorrecto, al que muy pocos se atreven…

En segundo lugar, ALGO PARA RECORDAR (1993), la comedia romántica de Meg Ryan y Tom Hanks con algunos de los momentos más sobre azucarados de la historia del cine y que consigue que, con algunas secuencias, se me escape la lágrima. Por ejemplo aquella secuencia en la que el joven viudo, hablando por teléfono en un programa radiofónico de madrugada, recuerda a su mujer muerta y el amor que existía entre ellos. Ese amor difícil de explicar y del que sólo puede definir como “magia”: “Así es el verdadero amor: magia.” Mientras, la buena de Meg llora al escucharle por la radio… y yo con ella. Después de cada visionado debo meterme un chute de insulina…

En el tercer grupo, el de películas que enganchan sin saber por qué, está MISS AGENTE ESPECIAL (2000). Una tonteriita protagonizada por Sandra Bullock sobre uno de esos estúpidos certámenes de belleza. Aquí tengo la coartada de que está Michael Caine. Es increíble como un actor de su talla puede protagonizar un papel secundario, intrascendente, y comerse, cual agujero negro, a cualquiera que interprete a su lado en la secuencia… Está impresionante en su papel de Pigmalión/Torturador de la agente de policía a la que hay que convertir en aspirante a la corona de Miss América.

Ni que decir tiene que la película es tópica en la trama policíaca, con una historia estúpidamente infantil y final insulsamente previsible. Como no puede ser de otra manera, claro, tuvo segunda parte. Sin embargo, siempre me gustó cómo trata en algunos momentos el tema de los concursos de belleza. Tiene un par de buenos chistes inteligentes que atacan al corazón mismo de la filosofía de este tipo de certámenes. A saber. Cuando al final llega la prueba en la que las aspirantes tienen que responder a una pregunta del jurado, la chirigota alcanza su culmen. Estoy harto de ver como, en la realidad, los responsables y participantes de este mercado carnal, intentan vendernos que no sólo se elige en función de la belleza exterior, sino que es también muy importante el interior… “Claro, como en un Kinder sorpresa. No te jode” pienso yo siempre. Es como si la Academia de Oslo intentara vendernos que el Nobel de Física no sólo debe ser listo sino que también podría ser modelo de Armani. Así, las preguntas a las que someten a las chicas son del tipo ¿qué piensas de las guerras? Si pudieras suprimir algo malo del mundo ¿qué sería? Juro que he escuchado las respuestas más peregrinas a las preguntas más arquetípicas. Es como si las chicas llevaran el rollo aprendido y, sea lo que sea lo que oigan, sueltan su discurso buenista. Porque, claro está, siempre piden quimeras imposibles y sus palabras deberían ser aderezadas con un precioso coro de violines de fondo.

Pues bien, en Miss Agente Especial, cuando llega este momento, a las distintas preguntas, todas las chicas, todas, contestan: "yo lo que quiero es ¡¡¡la paz mundial!!!" Momento en que todo el público se pone de pie y aplaude fervorosamente. Cuando es el turno de la policía de incógnito, Sandra Bullok, a la pregunta de ¿Qué pedirías a los poderes públicos? Ella contesta: "que a todos los violadores les cayeran unas penas tan duras que no pudieran salir de la cárcel en su puta vida…" Silencio. Plano del público: todo el mundo con la boca abierta. Absortos. El presentador con los ojos como platos. Ella, al ver efecto que ha causado su respuesta se acerca nuevamente al micro. Susurra : "y por supuesto ¡¡¡la paz mundial!!!" Estallido de vítores, aplausos masivos, y amplia sonrisa del presentador. Genial.

Y es que en los certámenes de belleza , las chicas dicen al público y al jurado lo que quieren oír porque ellas, lo que quieren, es ganar. No presumir de conocimientos. Lo primero es estar buena y lo segundo demostrar que eres lo suficientemente maleable como para servir de percha a lo que la organización quiera. De ti colgarán un montón de mensajes, de marcas, de tópicos o lo que el patrocinador de turno quiera porque el feo no vende. En el feo no se fija nadie. Al feo sólo le escuchan los cerebritos…

Para muestra, el certamen de belleza que se ha celebrado en Castelldefels para elegir a la Miss Nació Catalana 2008. Una nueva conquista del nacionalismo. Confieso que admiro a los nacionalistas. Son capaces de poner el espejo en todo. En lo bueno… y en lo malo. Una nación no sólo tiene cosas buenas. Las hay malas. Y por eso también hay que copiarlas. Mi enhorabuena por delante.

En cuanto a los concursos de chic@s (y a partir de ahora dejo de poner la bienpensante arroba: que cada uno ponga el género y el sexo en este post según sus opciones, gustos o perversiones) confieso que para mi sólo hay un tipo de belleza. O se está buen@ o no se está. Será que soy un salido. Tengo una debilidad, que son las orientales, pero fuera de esa categoría no le miro el carné a una tía buena y perdón por el vulgarismo. Debe ser que soy un simple salido (y no un experto en belleza femenina) porque según la representante del Alt Empordá su belleza “no tiene nada que ver con la belleza de las andaluzas o las madrileñas”. Y apostilla la representante del Vallés Occidental “somos finas, sensuales, sencillas y elegantes, nada que ver con la chica sexy latina…” Hay que joderse. Debe ser que las andaluzas, las gallegas, las argentinas o las colombianas no se adornan con esas cualidades... Pero ¿no quedamos en que no había que generalizar? ¿O es que acaso los catalanes son todos unos tacaños, los madrileños unos chulos, los argentinos unos pesados y los colombianos unos narcotraficantes?

Pero no les echen a ellas la culpa. Como en los otros concursos de belleza, sólo le dicen al jurado aquello que quiere oír. No me imagino yo a una Miss Nació Catalana presumiendo de españolía ante el tribunal y desfilando con un traje de faralaes. Sería expulsada por provocadora. O por tonta. Y vale que son misses... pero no son tontas.

Eso sí, hay cosas que conviene mejorar en un futuro: una ganadora que se llama Ruiz y una finalista que responde por Pérez no hacen mucha “Nació”. Habrá que tenerlo en cuenta antes de ponerles la banda a participantes con apellidos tan poco catalanes porque, si no, gran parte del impacto publicitario buscado, se pierde. Eso, o les ponemos un nombre“artístico” mucho más de la tierra como Sardá o Codorniú.

Claro que, tampoco es de recibo, que el Vall d’Arán (en hombres) o El Montsiá (en mujeres) estén representadas por ciudadanos nacidos fuera de las fronteras de Catalunya, España y la Unión Europea. Como comentaban dos participantes de origen rumano en el camerino: ¿Por qué no puede ser Miss Cataluña una rumana? Que se lo pregunten a don Josep Lluís (aquí y en la China). Convencido estoy de que no le importaría. Pero ¿Puede ser una española la más guapa de Cataluña?

Seguro que sí. Es como el chiste aquel de que los de Bilbao nacen donde quieren. Y la catalana más guapa, también. Vale que no sea muy coherente pero cuando se trata de ti@s buen@s el dónde se haya nacido es lo de menos. Yo, cuando lo veo por televisión, ni me fijo en lo que pone en la banda de marras. Yo se la quitaba. Solo sirve para tapar. Habría que ponerles un numerito como una matrícula y, después, cuando ganara la que fuera, abrir un sobre (como las plicas en los certámenes literarios) que diera los datos de la belleza en cuestión. Y todos los de su pueblo tan contentos...

A mí me da igual. Yo seguiré viendo los concursos de belleza porque, lo reconozco, en lo que menos me fijo es en ese estúpido sello que marca la denominación de origen y que nos tapa sus magníficos cuerpos. Eso sí, me levantaré emocionado aplaudiendo cuando digan aquello de ¡¡¡Y la paz mundial!!! (en bikini, eso sí)




08 enero, 2008

¿PARA QUE COÑO NECESITAMOS A LOS GUIONISTAS?

Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final
él mismo se convierte en esas historias y
siguen viviendo cuando él ya no está.
De esta forma, el hombre se hace inmortal.

D. Wallace y J.August en BIG FISH (2003)


La huelga de guionistas en América va para largo. Son un gremio fuerte y tienen las cosas muy claras. Aquí, hace recientes fechas un conocido director de cine patrio decía que al paso que iba la televisión en España, plagada de reality shows, programas del corazón y otras subespecies de formatos mixtos, en poco tiempo directores, guionistas y demás creadores de ficción se quedarían sin ocupación por falta de trabajo… Sin embargo yo, como espectador, tengo la percepción contraria. Cada día tengo más claro que casi todo lo que sale por la pantalla de este electrodoméstico es ficción en mayor o menor medida.

Bien es cierto que, dentro el panorama audiovisual, se hace complicado difícil distinguir lo que es ficción de lo que no lo es. Las líneas entre lo real o lo ficticio tienden a mezclarse e, incluso, desaparecer. Las personas se confunden con los personajes y sus vidas con las tramas de un guión escrito con mejor o peor fortuna… Así, en una escalera que nos llevara desde la realidad-real hasta la ficción-irreal, nos encontraríamos con cuatro escalones:

En un primer peldaño estarían los informativos: en la parrilla de cualquiera de las cadenas de nuestro país hallamos telediarios y espacios de noticias en cuyas crónicas se busca cada vez con más ahínco el suceso, la sonrisa o la sorpresa, siempre mostrados con unos recursos visuales y una narrativa que recuerdan a los mecanismos utilizados por las series de ficción y el cine. Observaremos que en su forma de contar se intenta captar a toda costa la atención del espectador por encima de cualquier otra consideración antes incluso que la objetividad, la verdad o la propia realidad… Se “espectaculariza” la noticia. Así las personas que se convierten en “actores” del suceso. Gracias a esa distancia e irrealidad que imponen los informativos cada día con más rotundidad, y que nos acercan subconscientemente a la ficción, hace que podamos ver con total tranquilidad mientras comemos, los sucesos más espeluznantes de cualquier lugar del mundo y que despierte en nosotros los mismos sentimientos pasajeros que un capítulo de cualquier serie. Es la realidad vista con los ojos de la ficción.

En un segundo escalón nos encontraríamos con los programas de corazón. Son legión los espacios de la “crónica rosa” plagados de personajes e historias disparatadas que parecen salidas de las mentes de algún guionista con la carrera a medio terminar, y regidas por un director con Alzehimer juvenil. Protagonistas e historias que se continúan de semana en semana, de programa en programa, y a las que se van añadiendo nuevos personajes en función de la vida amatoria del protagonista o de sus más acérrimos enemigos. Una vida “real” que, en cada capítulo, nos sorprende con más revelaciones, a cual más increíble y surrealista, a la que se van uniendo nuevos personajes. A tal punto llega que, en muchas ocasiones, se pierde aquel que desencadenó la trama inicial y así pasa a ser un secundario de nuevas historias que se independizan y continúan por un camino distinto al que las generó en lo que sería el spin off perfecto de una serie. Es la realidad deformada para convertirse en ficción.

El tercer paso nos lleva hasta los llamados reality-shows (“la vida en directo”) que cada día proliferan más, bien sea en forma de casas-cárcel, cocinas de diseño e islas más o menos desiertas. En ellos, las personas deciden convertirse en personajes y la realidad “real” deja paso a la realidad creada por las productoras encargadas de estos Frankensteins modernos. De esta forma, encizañan o arrejuntan a sus “actores” manipulando sus acciones y sentimientos como si de marionetas se tratara… Y es que, en estos formatos, los personajes no tienen conciencia de que lo son (al igual que Augusto, el protagonista de Niebla de Miguel de Unamuno) Acabado el programa propiamente dicho, la vida de estos personajes “reales” excede los límites del plató, la casa, o la isla y así los concursantes, una vez fuera de los focos, siguen viviendo una existencia “ficticia” (en muchos casos proyectada y dirigida por sus agencias de representación que actúan como guionistas/directores) pero que ellos se siguen creyendo. Es el ser anónimo convertido en famoso, la persona convertida en personaje de sí mismo más allá del alcance de las cámaras… Es entonces cuando comienza esa “vida irreal”: pasean sus filias y fobias por todos los programas de la cadena en una suerte de culebrón “real” en el que el concurso inicial sólo ha sido el pistoletazo de salida, el episodio piloto de esta serie. Una serie cuyos episodios se ven en todos los programas de la cadena. Ojo, solamente de la cadena propietaria del reality ya que no se les permite acudir a la televisión de la competencia. Es por eso que son personajes: porque no son libres, porque su “vida” y su historia pertenecen a la cadena que les creó de la misma forma que la existencia de Los Serrano pertenece, únicamente, a Tele 5. Unas vidas que ellos creen eternas pero cuya “muerte” se determinará en función del interés de la audiencia como cualquier serie de ficción. Así si el share desciende, ellos “desaparecerán”, televisivamente hablando.

El ejemplo más palmario lo tenemos en la legión de “Grandes Hermanos” cuya lista de aventuras erótico-sentimentales (endogámicas en la mayoría de los casos) no tiene nada que envidiar a las andanzas de las familias de los seriales norteamericanos de los setenta y ochenta tipo Dallas o Dinastía. Es la ficción presentada como realidad.

Y en lo alto de la pirámide, por fin, las series. La ficción en estado puro: Los Serrano y compañía…

Sin embargo, si nos fijamos, caeremos en la cuenta de que hay un elemento común a toda ficción: la existencia de un guión previo. Quizás sean buenos o malos, entretenidos o aburridos, más o menos evidentes, pero tanto los informativos, como los programas del corazón, los realities o las series, vienen precedidos de un guión que planifica cuidadosamente el camino a seguir (guión de guía) a los que se une un director y unos actores. Ahí comienza todo: en el guión. Y sin guión no hay nada. Así que siéntense a negociar aquellos a los que les corresponda y escuchen a los guionistas. Escúchenles porque necesitamos sus historias aunque en muchos casos sean horribles porque, como decía Woody Allen en aquel chiste, necesitamos "sus huevos"...