17 enero, 2008

SÁLVESE EL QUE TREPA

“La maldad usa muchas mascaras, la más peligrosa es la mascara de la virtud.”

Andrew Kevin Walter en SLEEPY HOLLOW (1999)


Hace mucho tiempo, en una conversación con Pepe Sancho, me comentó que si algún día escribiera sus memorias, estas se llamarían "Sálvese el que trepa" por la cantidad de ellos con los que se había encontrado en esta profesión. Me pareció un magnífico título.

Y es que todos estamos al cabo de la calle de que este es el país de los trepas, esa subespecie humana que merecería al menos un par de capítulos del National Geografic: los individuos de esta categoría se caracterizan porque a base de reptar como culebras, se introducen en cualquier río para nadar (siempre a favor de la corriente, por supuesto) y, mediante saltos inexplicables, elevarse por encima de los otros para, finalmente, extendiendo unas alas (falsas lás más de las veces) volar más alto que cualquiera que se lo haya currado con un mínimo de dignidad. Una vez alcanzado este status es raro que lo abandonen. Así, van enganchando corriente aérea tras corriente y rara vez vuelven al duro suelo. De un puesto planean a otro, a menudo incluso mejor remunerado, y van dejando tras de sí el rastro de sangre de sus vícitmas.

Son esos individuos a los que, si miras los zapatos, los encontrarás llenos de pelos por la cantidad de cabezas que han tenido que pisar y llevan a sus espaldas más cadáveres que el sepulturero de la Almudena. Podríamos pensar que, en esta sociedad que padecemos, el trepa a su vez puede ser fagocitado por un trepa más ambicioso, más voraz. Cierto pero, como nos enseñan los documentales de la 2, los individuos de la misma especie se reconocen enseguida y rara vez suelen enfrentarse si no es estrictamente necesario. Así, prefieren coexistir pacíficamente, llevándose cada uno su parte del botín y echando sus excrementos a los que tienen por debajo. No, no es antropología. Es zoología pura.

En el especial ecosistema del show bussiness en el que llevo a cabo mi existencia profesional, el trepa es una especie que se desarrolla con especial intensidad ya que si en otras actividades laborales, estos individuos se multiplican gracias al dinero o la posición social, aquí contribuye a su crecimiento y expansión, la aparición en la atmósfera de un nuevo factor que multiplica por diez su actividad: el ego. “Que me vean. Que me reconozcan por la calle. Que me pidan autógrafos. Que me quieran…” Así, los codazos en los dientes para quedarme con el programa que tú presentabas, con la autoría de la serie que tú creaste, con el aplauso de la crítica que te han dado, o con los premios que tú has ganado, son moneda de cambio habitual. En mi caso, menos con el primero de los ejemplos que he citado, he sufrido todos los demás.

Uno, en su juventud ¡bendita ignorancia!, pensaba que en el premio llevarían la penitencia. Que el malo nunca vence. Que hay justicia poética. Que Dios en su inmensa sabiduría… Nanai. Nein. Nasti. Excusas de la conciencia que, a menudo, es mal pagadora. En este mundo (como decían en El último Gran Héroe) los malos sí pueden ganar. Y a menudo lo hacen.

Esta introducción, si fuera Félix Rodríguez de la Fuente lo habría hecho frente a la cámara, viene para presentar un artículo que describe perfectamente uno de estos especímenes. Ojo. Habla de un trepa puro. Sin mezcla. Un individuo joven. Terriblemente voraz y muy peligroso. Especialmente peligroso ya que el trepa, en algunos casos como en el que nos ocupa, tiene una apariencia frágil, sonrisa angelical, minifalda de colegial y esconde un depredador implacable en el pequeño cuerpo de un individuo hembra. Así, uno sólo nota el ataque cuando el trepa (como en Los ladrones de cuerpos) ya ha ocupado tu puesto. Entonces no hay nada que hacer. Sólo mirar como tú, es ahora él o ella, y la cara de gilipollas que se te ha quedado al otro lado del espejo…

TELETRIDENTE por Nico Rey. Blogs de El Mundo.es


Caye, 'teletrinchada'

15 de enero.- Llega pisoteándonos, como siempre, a pie de 'Callo'. 'Okupa' un espacio que no es suyo. Primero, le plagió el programa a su ex, el nicotínico Garci, y ahora le roba el suyo a Antoñito Gasset. Sin embargo, este otro espacio peliculero no pertenecerá nunca a la 'Paquirrina' cultureta. Hija de… Acabará esta niñata, como si lo viese, por dar un día no muy lejano otro de sus inevitables golpes de estado. En 'El Tiempo', de José Antonio Maldonado. Terminará sus días esta 'Caye con más salidas que el metro' hablándonos de copitos de nieve y descensos generales de las temperaturas. Que para eso está el 'teleprinter', ¿no? Para leer con más o menos soltura lo que otros, los Curritos de la Cruz, nos escriben.

¡Ay, Cayetana Guillén-Cuervo, chubasco teñido y tormentoso del que cuesta cobijarse! Chirimiri de blandiblub para sufridos telespectadores, para los que te padecemos en silencio (y sin Hemoal, ungüento antihemorroidal, que lo remedie). Miss Trepa haciendo lo que le viene en gana. Riéndose por lo bajinis de los contribuyentes. Estudiaste periodismo para ampliar miras en los submundos de la actuación. Reina y diva de La 2, su chiringuito playero donde se fumaba 'petas' en riguroso diferido con intención de mostrar al Mundo Libre que, además de feminista y progresista, la divina Caye está a favor de la legalización.

De niña a mujer en tiempo récord y resultados catastróficos. A la vista están. ¿Pues no va y se lo monta de 'femme fatale' mostrándonos sus cositas en un 80% de las pésimas películas que perpetra? Basta con revisar, quien pueda hacerlo sin sufrir un colapso nervioso, 'Más que amor frenesí' o 'Atómica'. O remontarse a las pelis de Ozores en las que empezó, de la mano de papá, enseñando con gesto de abuela la escasez de su 'tetamen'. ¿Cómo no va estar en crisis el cine español? ¡No somos tontos, Caye, por mucha carita de actriz del método estreñida que pongas en 'El abuelo'! La inmensa mayoría, por fortuna, te ha calado. No dudas en zambullirte en el pelotilleo más vil con tal de dorar la píldora al director invitado a tu coloquio. Entrevistadora de pacotilla, yoísta y falsa como un billete de tres euros. Sin embargo, cuesta protegerse, y mucho, de tu calabobos de lluvia ácida para cinéfilos ful. Lejos estamos quienes amamos la cosa por la gloria de Ingmar Bergman. ¡De 'Versión Española' a 'Días de Cine', guapetona, sólo media una estación: Plaza de los Esquiroles!

Atendamos, atendamos si no me creéis a lo que soltó, con sonrisa resplandeciente, la Guillotínica-Cuervo al presentarse en sociedad en la madrugada de La 2 del pasado jueves: "Antonio Gasset ha estado al frente de este programa durante 14 años, que se dice pronto, 14 años, media vida, y hoy comienzo yo con vosotros. Así que intentaremos estar a la altura del prestigio que ha alcanzado este programa. Por mi parte, Antonio, sabes que te quiero, que te admiro y que he aprendido mucho de ti durante este tiempo". Una pregunta: ¿qué pasaría por la cabeza de Antonio cuando vio, derrumbado en el sofá de su casa, este debú?

Eso, eso, cría Cuervos y te sacarán así constantemente en TVE. Empiezo a estar harto de estos 'hijísimos' de las teles patrias. De que se cumpla eso de que el genoma del genio se salta una generación. Caye y Fernandito. Fernandito y Caye. Tanto montan, montan tanto. 'Okupando' espacios ajenos ella, 'tarantineando' estúpidamente él. Nada que ver con sus papás. Pero ahí siguen. Como esos vecinos pelmas a los que nunca invitamos pero se plantan en casa cada dos por tres para darnos cuenta de su patetismo. Cría 'Guillén-Cuervos'...

No tengo el gusto de conocer a Cayetana ni me ha "trepado" a mi nunca. Sólo traigo hasta aquí este artículo como ejemplo de lo que todos hemos sufrido alguna vez... Porque ¿Quién no tiene uno de estos depredadores en su pasado?

Así que ya sabéis. Salid ahí fuera y tened cuidado, mucho cuidado, si no queréis ser las víctimas de un Trepa en un nuevo Capítulo de National Geografic.





7 Comments:

Blogger enrique said...

En todos los campos profesionales hay especímenes de este tipo; yo conozco a bastantes...

No sigo especialmente la vida y milagros de Cayetana Guillén-Cuervo, a la que la leyenda urbana emparejó con Aznar, pero lo cierto es que el artículo que nos trasladas es demoledor...
Me gustaba Antonio Gasset, era casi de la familia...

8:11 a. m.  
Blogger Princesa said...

A mí también me gustaba mucho Antonio Gasset, Enrique. El problema de hoy, creo, es la falta de dignidad. Se ha perdido conmigo una espectadora el programa, pero... ¡a quién le importa!.

Un abrazo, Pedro. ¡Cuánto tiempo sin pasar por aquí!

Espero que todo os vaya bien en este año que empieza.

8:50 a. m.  
Blogger Sintagma in Blue said...

Pues de la universidad mejor ni hablamos!

11:21 p. m.  
Blogger Pedro Luis Barbero said...

Hablemos... hablemos... (Aunque como diría Groucho Marx: "Ese es otro cantar y muy desafinado, por cierto).

No se corten ustedes.

Princesa, bienvenida.

9:14 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ai, cuanta razón! En la facultad era brutal, pero en alguna de las clases de guión de la TAI, tela!
Ver a Mónica arrimar la cebolleta al Sr. Guevara era digno de un esperpento!
Gracias Pedro y hasta pronto
Glups

11:45 a. m.  
Blogger Pedro Luis Barbero said...

Estooooo, me he perdido... ¿La facultad, el TAI? ¿Qué Mónica?

De nada... pero no se por qué.

Un saludo.

6:17 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Y a mí qué coño me importa lo que diga free music downloads (que además escribe fatal). ¡Pues vaya noticia! Un nuevo listillo a hacer negocio con lo que no es suyo.
Pasao

4:14 p. m.  

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