12 octubre, 2007

LAS FIESTAS DEL PUEBLO

"Yo me estoy ahogando... ¡y tú te pones a describir el agua!"

M. Andrus y James L. Brooks en MEJOR IMPOSIBLE (1997)




Había una vez un pueblo (de los muchos de este Estado o de otro) al que llamaremos El Chorrillo. En su plaza mayor había una fuente. Una fuente de la que todo el que quisiera podía beber.

Había en el pueblo un grupo de pueblerinos, sin ánimo de ofender, los seguidores del equipo de fútbol del pueblo (el Atlético Chorrillo) que decidió que no quería beber el agua de la fuente. Estaba ahí, era suya, pero les daba reparo porque hace mucho tiempo un señor de muy mala fama pasó por el pueblo y se echó un trago... Le gustó, se quedó a vivir allí y dijo que la fuente era suya. Algo estúpido, claro, porque el señor se murió y la fuente siguió, algo de lo que nos olvidamos a menudo los seres humanos... El caso es que los seguidores del Atlético Chorrillo, no bebían porque pensaban que estaba contaminada y les traía malos recuerdos, pero no podían demoler la fuente porque todo pueblo ha de tener una fuente y eso no hay quien lo discuta.

En el pueblo, además, había otro grupo de pueblerinos, seguidores del segundo equipo del municipio, el Real Chorrillo, que decidió beber y comenzó a decir que estaba muy buena el agua de la fuente. Esto no sentó nada bien a los seguidores del Atlético Chorrillo que empezaron a acusarlos de querer apropiarse del agua de la fuente, que les gustaba el agua como antes le había gustado a ese señor tan desagradable que se echó los tragos, y que el agua no era sólo suya sino de todo el pueblo aunque mientras ellos seguían sin beber un solo buche...

Pero ahí no acababa la cosa. En el pueblo había otro grupo de seguidores: los del Deportivo Chorrillo. El equipo de un barrio cuyos vecinos principales decían no tener nada que ver con el resto del municipio. Además estaban muy orgullosos de su propia plaza con, por supuesto, otra fuente. Mucho más bonita, dónde va a parar, porque era de agua de mar y para la que todo el pueblo dio dinero para arreglarla con motivo de unos juegos inter-pueblos que toda la comarca admiró. Ellos acusaban a los de la Plaza del centro de ser unos "abrevantes", de hartarse de agua, de ser unos "impresentables abstemios" que no cataban el vino, mientras que ellos, eso sí, no dejaban de beber apoyados en su propia fuente. Pero es que tenían una razón poderosa: aquella era sólo su fuente, sólo de ellos, y existió mucho antes de que en torno a ella se creara ese pueblo tan feo con una plaza que nada tenía que ver con ellos. Hay otros de ese barrio que les gustaría ir a beber a esa plaza que antes era de todos pero entonces los seguidores del Deportivo Chorrillo les llaman paletos y, claro, a nadie le gusta que le miren mal en el barrio...

Finalmente, estaban los del barrio del norte, los de la Sociedad Balompedica Chorrillo (en la que sólo jugaban chavales nacidos en los números pares de su calle principal) que también, claro está, tienen su propia fuente. Una fuente natural, de piedra, sin artificios, ubicada allí desde hace al menos siete mil años según recuerda la gente mayor del barrio. Ellos no estaban en contra de la gran fuente del pueblo, de hecho el agua su preciosa fuente de piedra era trasvasada desde la otra, sin embargo no querían saber nada de ese pueblo ya que nada tenía que ver con ellos. La prueba más concluyente era que, cuando juegaban al mus, habían desarrollado su propio sistema de señas que no entendían ninguno de los del resto del pueblo ni de municipios aledaños... Tan convencidos estaban de ser distintos que unos chavales inquietos de esos que se sentaban siempre en el fondo sur(no ya del estadio sino de cualquier local), habían montado una asociación benéfica sin ánimo de lucro que se dedicaba a dar de tomatazos a cualquiera del barrio, del suyo o de otro, que dijera que le parecía muy bien el beber de esta o de la otra fuente. O que no le gustaba el agua de ninguna fuente. O lo que fuera sobre cualquier fuente. Gracias a ellos ahora todo el mundo se había puesto de acuerdo y eso, que duda cabe, no es fácil de conseguir. En cualquier caso, los jóvenes velaban para que nadie del barrio bebiera en otra fuente que no fuera la suya ni juegara al mus con su sistema de señas que no fuera el propio. Y no había que temer al tomatazo, puesto que el tomatazo estaba sólo reservado para los que desobedecían las normas. Era de justicia.

En los últimos tiempos, en todos los barrios (incluso en algunas calles) se habían abierto fuentes y clubs de fútbol (con muy diversos nombres pero siempre con el apellido Chorrillo) que, aunque pequeñas, eran fiel reflejo de cada uno de sus fundadores. Quizá no hubiera agua para todos los del club pero, indudablemente, para los que bebían ésta sabía mucho mejor. Porque es bien sabido que las cosas de uno sólo siempre saben mejor que cuando son de cualquiera, o de todos, que viene a ser lo mismo.

Y en esas están hoy, doce de octubre. Pero los unos y los otros no se han dado cuenta de que hoy es el día de la fiesta del pueblo. Algunos incluso dicen que no es su fiesta (con lo bien que viene siempre una fiesta) aunque no por eso vayan a ir a trabajar. El caso es que, en vez de divertirse, se acusan unos a otros de beber de la fuente equivocada, de beber en demasía, de no beber nada de nada, de que les obliguen a beber, de que no les dejen beber, de irse a otros pueblos a beber o de no dejar beber a los que vienen de otros pueblos...

Mientras, la fuente del centro del pueblo cada día tiene menos agua. Algunos han comenzado a decir que no es ni siquiera una fuente. Incluso ya hay quien comenta que en realidad no lo ha sido nunca y que todo ha sido una filfa.

Mientras, el alcalde y sus concejales hacen un estudio histórico sobre quién tiene derecho y quién no a beber de la fuente...


Al final todos sedientos...


Feliz Doce de Octubre seas del pueblo que seas.


P.D. Se me olvidó decirlo. Los habitantes de este singular pueblo de El Chorrillo son los chorras y las cosas que hacen y piensan son... como era esto... Nada, que no soy capaz de acordarme.



Fuente de los 16 caños (Béjar)



3 Comments:

Blogger Sintagma in Blue said...

Nada como la mítica fuente de Pepsi de Elvis.

10:39 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Lo malo es que al final acabe viniendo alguien de fuera del Chorrillo, y se quede todas las fuentes y se cargue a los fontaneros, todos.
Saludos
Demediado

5:28 p. m.  
Blogger enrique said...

Estupenda fábula, pero tan real como la vida misma...
Y claro, tanto va el cántaro a la fuente...

10:54 a. m.  

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