22 noviembre, 2007

¡A LA GLORIA!

"¡¡¡Me cago en el padre de los hermanos Lumiere!!!"
Fernando Fernán Gomez en "EL VIAJE A NINGUNA PARTE" (1986)



Ayer por la tarde vino la muerte a visitarle a su habitación de La Paz, y don Fernando, con todo hecho, se despidió de la vida con su frase más malditamente famosa: ¡A la mierda!

Dicho esto, se adentró con la de la guadaña por ese túnel oscuro con luz al fondo… Sin miedo, eso sí, porque como él bien bien sabe, no hay caminos que puedan ser más duros que los de esa España gris que pateaban los cómicos de El Viaje a Ninguna parte.

Qué lástima que en los últimos tiempos, showmen televisivos de segunda redujeran toda su magna obra a esa anécdota en la que mandó a esparragar a un tipo maleducado, ignorante y, sobre todo, pesado que no tuvo piedad con un anciano cansado en uno de esos actos de presentación terriblemente aburridos. Todos aquellos que hicieron chanza de su carácter y le acusaron de malhumorado simplemente no le conocían. Era una persona afable, educada e incapaz de levantar la voz. Pero, no soportaba la mediocridad y la estupidez tan de moda en nuestros días. Y contra la mala educación siempre hay que pegar un puñetazo en la mesa. No hay talante que valga. Los bobos deben que enterarse de lo que son. Y como, habitualmente no se enteran, hay que gritárselo…

Se nos fue el Miguel Angel Buonarroti del arte español. Actor, guionista, autor teatral, productor, director de cine y teatro, novelista… Hacer muchas cosas no tiene mérito. Todos somos dispersos. Pero hacerlas todas bien es muy complicado. Y ser genial en cada una de ellas, sólo está reservado para unos elegidos. Pero ese genio, que nadie se equivoque, procedía del trabajo concienzudo. El mucho trabajo. Un trabajo que muchas veces no fue reconocido…

Como dice Steve Jobs, es fácil unir los puntos hacia atrás. Lo complicado es unirlos en tiempo presente cuando vienen mal dadas. Y es que el presente continuo fue en muchas ocasiones muy duro con el hijo de la Fernán Gómez. Tuvo sus momentos bajos, muy bajos, en un país que muchas veces se olvida de sus genios porque éstos son cotidianos…

En los sesenta, con su película El extraño viaje, consiguió la indiferencia de la crítica y el público, aunque fuera una absoluta obra maestra. Una película de crímenes con un tono absolutamente desconocido en su época, arriesgadísima en su concepción desde el guión a la música, y que los sesudos estudiosos no supieron valorar. Según sus propias palabras, entonces se planteó si tenía madera de director…

Y si quizá ahora digan que lo fue todo en el mundo de la interpretación, se olvidarán de que lo fue gracias a que en las malas épocas hizo todo tipo de papeles en películas de tercera y de cuarta… Le recuerdo en un seminario en la facultad en el que alguien le preguntó (con mala baba) como una figura de su talla pudo, en los setenta, interpretar películas como Zorrita Martínez, Yo soy fulana de tal o Pierna creciente, falda menguante. El, sin descomponer el gesto, contestó que quizá esas eran las películas de su filmografía a las que les estaba más agradecido: le dieron de comer cuando nadie se acordaba de él y le permitieron seguir vivo. Sin Zorrita Martínez no existiría Fernán Gómez.

Incluso su, ahora indiscutible, “Viaje a ninguna parte” cuando fue proyectado en el Festival de San Sebastián, obtuvo una fría acogida y, como él mismo recordaba en sus memorias El Tiempo Amarillo: “De los diecisiete premios que se repartieron ese año, las películas españolas presentadas, entre largometrajes y cortometrajes, fueron cinco. La nuestra fue la única que quedó sin premiar. (…) En fin, se veía, que por muchas razones, aquel viaje no iba a llegar a muy feliz destino.” Falló como futurólogo porque ese mismo año, la película obtenía cuatro Goyas, aunque no estuvo para recoger los que le correspondían. Nunca pensó que podría obtener el favor de sus compañeros: “¿Cómo podría obtener cuatro premios una película tan despreciable y tan despreciada? Pero como llevaba ya cerca de cincuenta años en este ofició me dormí…” Muchos de los que hoy a buen seguro le alaban escribieron cosas como: “Lo peor del acto fue, sin duda, que Fernán Gómez se llevara –injustamente- los premios más importantes. Y que este personaje, tomándose por Woody Allen, demostrara un desprecio inconmensurable por sus colegas de cine que le habían votado y prefiriera quedarse en su Olimpo a dormir”.


Que sí, don Fernando, que yo también me cago en el padre de los hermanos Lumiere…


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4 Comments:

Blogger enrique said...

Magnífico obituario de un grande, grandísimo...
Después de una vida larga y plena, vivida con absoluta libertad aun en tiempos sin lbertad, nos deja un inmenso legado en forma de películas, libros y artículos.
Como me fascina el género de las biografías y memorias, tengo la tarea de leer las suyas.
Fernán-Gómez me gustaba hasta en Botón de Ancla y Balarrasa...
(siempre me he preguntado porqué balarrasa cuando se hizo misionero se fue al polo a morir por la fe; pero si el polo está desierto!!)

10:29 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Si este tipo hubier nacido, o hecho carrera en EEUU, estoy seguro que andaría entre los grandes, pero hay industrias e industrias...

qué coño, ya anda entre ellos.

12:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es injusto que se le intente recordar sólo por la anécdota que citas.
No era un cascarrabias, bien al contrario, a cada cyual le daba siempre lo que correspondía. Era un hombre justo.
¡Lo que me tengo que reído (y aprendido) con él!
Impagable.
REso sí, ya lo dijo Jardiel: "Si queréis los mejores elogios, moríos".
Acisclo

3:01 p. m.  
Blogger Sintagma in Blue said...

¿Qué más da que piensen los mediocres? ¡Que se vayan a la mierda!

7:08 p. m.  

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