30 agosto, 2006

PLANETAS PERDIDOS

"Si de verdad estamos solos... ¡cuanto espacio desaprovechado!"

J.V. Hart y Michael Goldenberg en "CONTACT" (1997)


He pasado porque el padrenuestro que me enseñaron cuando iba a misa ya no pida a Dios lo que antes pedía (de “perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores” se pasó a “perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden…”).

He pasado porque el mapa de Europa con Yugoslavia, la URSS y Checoslovaquia pase a ser un objeto de anticuario y que cuando me refiera a cualquiera de esos ya desaparecidos países, mi hija me mire con la misma cara con la que yo miraba a mi abuela cuando se refería al Imperio Austrohúngaro.

He pasado por tener que convertir mi sueldo de euros a pesetas de la misma forma que mi bisabuelo traducía a reales los precios en rubias…

¡Pero que me intenten cambiar el número de planetas de nuestro viejo sistema solar…! Por ahí no paso. Que no. Que no paso.

Y no pienso pasar porque, vale que le pidamos cosas distintas a Dios porque las necesidades humanas cambian con el tiempo… Antes todos estábamos cubiertos de deudas y se hacía importante rogar por ellas, pero ahora cuando el estado del bienestar se ha acomodado entre nosotros nos importa mucho más el honor y la ofensa. Natural. Dios lo ha entendido, seguro.

Vale, también, que las fronteras humanas cambien y se creen nuevos países para que así los políticos puedan ser cada vez más y mandar en más sitios. Ahora los mundiales de cualquier deporte son mucho más divertidos cuando jugamos a adivinar las extrañas banderas que representan a países que tienen menos extensión que el pasillo de mi casa…

Vale que, incluso, nos cambien la moneda por mor de una cosa llamada economía y que, así muera con trescientos treinta y cinco años, nunca conseguiré entender…

Pero… ¿¿¿Cómo es eso de que han descubierto tres nuevos planetas en el sistema solar??? ¿¿Un trozo de roca de millones de kilómetros de diámetro puede estar “escondida” a la vuelta de un recodo cósmico???

Yo tengo un telescopio y lo más a lo que he llegado es a ver algún cráter de la luna pero suponía que todos esos sabios de barba blanca y capirote con estrellas (que es como yo me los imaginaba) tenían el cosmos más controlado que la señorita Rotenmeyer a Heidi. Pero… ¿Cómo coño se les han podido pasar tres, sí amigos, tres planetas? Que un planeta no es una albondiguilla que queda en la olla después de servir… que un planeta no es una moneda de cinco céntimos de euro olvidado en un vaquero que nunca nos ponemos… ¡¡¡Por Dios!!! Pero ¿¿¿quién mira por esos telescopios???

Qué engañados nos tenían… Lo peor es que he empezado a desconfiar de todo lo referente a la ciencia… Si ha ocurrido con algo tan grande, no quiero ni pensar lo que se pueden haber dejado pasar con lo más pequeño. ¿Quién me dice a mi ahora que un átomo es un átomo? ¿Y eso de que está compuesto de protones, neutrones y electrones…? Lo mismo hay algo por ahí suelto, tras un protón... porque si ha pasado algo así con un trozo de roca de millones de kilómetros… ya me diréis con algo que en los libros siempre viene dibujado.

Pero ahí no acaba la cosa. Lo mejor son los nombres que han decidido ponerles a los recieen “descubiertos” planetas: Ceres, Caronte y 2003-UBS313. Lo de los dos primeros pase. La mitología griega da para mucho. Pero ¿el último? ¿Es que le han cogido manía? ¿El nombrecito es la ocurrencia de un cachondo que quiere que los chavales suspendan ciencias por no acordarse del planeta "incomprensible"?

Y sí queridos amigos. Lo es. El 2003 UBS313 es un nombre puramente transitorio y de burócrata de turno. El astrónomo que le echó el ojo por vez primera se llama Mike Brown y es de California. Lo cual dice muy poco a favor de los astrónomos de esa tierra, por cierto. Yo desde luego, si fuera su jefe no les renovaba el contrato...

-Oye, tío, ¿Qué es eso que hay detrás de Plutón?
-Ah, no, nada. Una mota de polvo. Es que esta semana no ha venido la chica que limpia.
-¿Pero que dices chaval? Si parece que se mueve.
-Coño, pues sí. Debe ser un planeta perdido… ¿Qué no?
-Vaya engorro ahora, tener que ir al registro y demás...
-Cuando se lo digamos al jefe nos cruje…
-Bah, se lo comento mañana que tengo que irme a ver el episodio de “Xena” la princesa guerrera…”

Más o menos debió de ser así porque el que eso es que el bueno de Mike ha pedido que el planeta descubierto por él se llame 'Xena' en honor a la popular princesa guerrera protagonista de la serie de televisión. Manda cojones… Y perdón por la expresión. Estaba claro que tanto consumo indiscriminado de televisión tenía que terminar pasando factura al género humano. Ya puestos, es un desperdicio que el sr. Brown no fuera fan de Los Simpsons. Más se merece pasar a la posteridad el gamberro de Burt que la andrógina Xena…Claro que podría haber sido peor si el astrónomo hubiera sido español: “Planeta Manolo y Benito”, los inefables chapuzas de “Manos a la obra”. Escalofríos me entran de pensarlo.

Pero claro, algo había que hacer con los tres planetas. Y así, el día 24 de agosto de este año, 2.500 sabios y magos de la Unión Astronómica Internacional, se han reunido en Praga para ver si ampliaban el número de planetas de nueve a doce. Y ahí se han liado todos… Como casi siempre, la culpa la han tenido los japoneses con esa manía suya de ordenarlo todo…"El problema es que hasta hoy no había una definición científica de planeta", explicó el portavoz del observatorio nacional de astronomía de Japón, Junachi Watanabe.

¿Ah no? ¿y lo que dice la RAE que? “Cuerpo sólido celeste que gira alrededor de una estrella y que se hace visible por la luz que refleja” Pues nanai. Claro que los japoneses no leen el diccionario de la RAE. Junichi ha propuesto que un cuerpo celeste se considerara planeta, “siempre y cuando contenga la masa suficiente de cinco veces 10 elevado a 20 kilogramos" Que ya son ganas de complicarlo todo porque no ha podido dar un número concreto, no. Hay que hacer un huevo de operaciones matemáticas con una calculadora que ni siquiera tengo…

Total, que todos han quedado fascinados con Junichi y han aplaudido su propuesta. Cuando ha llegado el momento de contar y, según esta última definición, Plutón y sus nuevos compañeros se quedan sin ser planetas. Donde iba a haber más, finalmente, hay menos. Es que los japoneses han sido siempre muy ahorradores… Así han levantado la Sony, la Panasonic y la Suzuki. Menudos son ellos.

Pero cuidado, porque como en una próxima revisión astrológica, se haga una nueva reestructuración de la plantilla planetaria, lo mismo vuelven a reducir y nos enteramos de que nuestra Tierra no existe, y entonces si que la hemos liado…




29 agosto, 2006

EN OBRAS

Si alguno pensaba que me había olvidado de mi querido blog o que había abandonado que se olvide. Tampoco ha sido el trabajo, que me ocupa tiempo pero no tanto como para dejar de cumplir mis obligaciones con esta santa página.

El problema me viene por los chicos de Jazztel. Hace un mes que decidieron cortarme la linea para pasar de uno a seis megas y lo que iba a ser una semana va ya para... ni se sabe.

En breve estaré. Creo que esta semana.

En cualquier caso: NUNCA, NI SE OS OCURRA, HACEROS DE JAZZTEL.

P.D. Pese a que no publique, sigo escribiendo post. Los publicaré poco a poco el día que tengan a bien devolverme la linea. Feliz vuelta de vacaciones a todos y bienvenidos.

06 agosto, 2006

ANDRESITO

"Tus defectos como hijo son mi fracaso como padre"

D.Francioni, John Logan y William Nicholson en GLADIATOR (2000)



Andresito, no te conozco. O sí. Supongo que a todos aquellos que vemos por la tele forman parte de nuestros conocimientos. Lo admito, sólo se de ti por lo que me cuentas sentado en una silla bajo los focos. Pero como has decidido contar tu vida delante de no sé cuantos millones de espectadores supongo que, tácitamente, me concedes el derecho opinar sobre tu persona y tu triste existencia.

Pero, resulta, que no me lo permites. Me regañas gritando que qué derecho tenemos todos a juzgarte si no te conocemos. Pero, en que quedamos Andresito… Si tú eres el que has venido aquí para que te conozcamos… ¿no? Lo que pasa es que una vez juzgado te jode que te digan que no nos gusta lo que vemos… Te sientes ofendido como la miss que, cuando no es elegida como la más bella del concurso, se queja de que no han mirado en su interior. Pues conmigo te equivocas, Andresito, he mirado… y lo que he visto me parece despreciable.

Pero no te lo tomes como algo personal. Creo que quien es despreciable es tu personaje. Como lo era JR, como lo era Angela Channing, como lo es Emilio Aragón en “Médico de familia”. Además, chico, no creo que seas infame todo el rato. Permanecer repugnante en todo momento es muy difícil y solo está reservado a unos cuantos elegidos. Simplemente te quedas en aprendiz de mezquino. No entrarás en el Olimpo de los indeseables. Tu sitio está en el tercer anillo del infierno reservado a los aspirantes a adlátere de miserable.

Dices que vives de un sueldo normal de auxiliar de vuelo en esa compañía roja y amarilla. Error de cálculo, Andresito. Las vacaciones son un mal momento para desvelar que uno trabaja en IBERIA. De cualquier manera no te imagino yo en el pasillo de un boeing sirviendo los cafés con una profesionalidad impagable. Alguien acostumbrado a que le sirvan Dom Perignon, mal debe llevar el servir Nescafé a los demás. En cualquier caso, no creo que tu sueldo de camarero aéreo te permita costearte esa blanca camiseta de Versace a juego con unos inmaculados pantalones de Armani. El psicólogo argentino que nunca has visitado te diría que necesitas mostrarte sin mácula por fuera para disimular el negrísimo que llevas por dentro.

Pero no sufras Andresito. Cumples una función social. Eres, como definieron ya hace mucho tiempo a Eric Von Strogeim, el hombre al que todos nos gusta odiar. Eres el villano de mirada aviesa. Eres el traidor que nos gusta desenmascarar. Eres el hijo pródigo de la Biblia que decide volver a casa después de dilapidarse el patrimonio de la familia, pero que después echa a su padre de ella, la vende, y se gasta la pasta en putas y juego.

La “pluma”, además, juega en tu contra. Escucho que muchos te llaman maricón, así, a secas para insultarte, pero yo creo que el vocablo lejos de ser un insulto ni si quiera te dibuja. Bujarrón únicamente te definiría en cuanto a la opción sexual que has elegido y lo tuyo, hace ya tiempo que es una opción vital. Expones algo bastante más íntimo que tu sexualidad para ganarte la vida. Así que no te definiré como maricón porque ni siquiera mereces el orgullo de que te lo llamen.

Oigo a tu madrastra decirte Andresito… ¡que humillación para un tipo que mide dos metros! Podría ser cariñoso pero es descriptivo… Se nota a la legua que aún no has crecido. Cuando uno sigue necesitando a su padre para mantenerse, cuando aún no se ha destetado, cuando la llantina es el recurso que se utiliza para mostrar la disconformidad con la vida, el diminutivo es algo que se ha de seguir arrastrando hasta la tumba.

Pero hasta un reloj parado acierta dos veces al día. Así que sonrío cuando olvidas el nombre de la madrastra de este cuento y la llamas Z1. Supongo que la letra en cuestión hace referencia al vocablo ofensivo destinado a mujeres cuya profesión aún no está regulada por la Seguridad Social y que las emparenta con cierto animal cuya caza con perro se ha convertido ahora en ilegal en Gran Bretaña. O sea Zorra. El ordinal supongo que corresponde a que existen más “ex de tu padre” a las cuales no les profesas mucho afecto. Ahí has estado agudo… Pero sé que la ironía no es un ejercicio de esgrima mental o un sarcasmo ácido. Solamente es un subterfugio que te ha enseñado tu abogada para evitar que las querellas que te pongan, se lleven el dinero que ganas esta noche por el sumidero de los juzgados.

Y, mientras, tu padre callado. Loco de atar. O loco de rematar. Que para este tipo de cosas de familia uno no sabe si encerrarse o liarse a tiros. Cuando al circo le crecen los enanos, le lloran los payasos y se le estrellan los trapecistas, quizá sea mejor que los leones se coman al domador para acabar con su agonía… Ay Pajares ¿Cuándo pasaste de ser el director a convertirte en el menú de este circo de tres pistas?

Pero hay algo con lo que no contabas. A mitad de entrevista cambias tu falsa indignación de opereta por una sorpresa real de quirófano. Tú que venías a cantar tu dolor y trincar la pasta, te has encontrado con un señor mayor, de los que nunca habla y que solo piensa… Ha roto su silencio para explicarte quien es tu padre. Para decirte que no le conoces. Para decirte que está muy bien y que tú no tienes ni idea de su salud. Para llamarte mal hijo… Así que te ha destrozado los esquemas. Pero ¿este señor llamado Ozores no se dedicaba a hacer reír? ¿Qué coño hace diciendo verdades como puños? Ay, Andresito, los bufones son siempre los personajes más peligrosos de la corte porque no hay nada más peligroso que un tío que siempre hace reír se pone a decir cosas en serio…

Sin embargo por ahí no estás dispuesto a pasar. Cualquier cosa antes que reconocer que no hay problemas en tu familia. Porque la normalidad es algo que te hace vulgar, que no se puede vender, que no se puede cobrar…

Así que te has levantado de la silla y te has marchado ofendidísimo. En la puerta del plató te esperaba tu jugoso cheque. Pero no lo has cogido. Aunque eres más joven que yo, eres ya perro viejo para estos asuntos. Antes de saltar a la arena de este circo (ay que fastidiarse, ahora los “cristianos” llevan a su abogado sobre la chepa) habías firmado un contrato en el que especificabas que, durante tu entrevista, el programa no permitiría que se apareciera ningún “espíritu telefónico” que pudiera interrumpir tu llanto. La cadena ha incumplido y tú les has pillado. Miras el cheque con deseo pero resistes a la tentación de cogerlo. Te haces el digno y te marchas por el pasillo mientras avanzas que emprenderás acciones judiciales.


Andresito, quizá el juez te de la razón y puedas cobrar mucho más…

Pero volverás…

Volverás para llorar lo mucho que sufres porque tu padre aún no te quiere, lo solo que estás en el mundo, y lo difícil que es seguir viviendo sin dignidad…

02 agosto, 2006

DE ROZONES Y GOLPES

" No sois vuestra cuenta corriente.
No sois el coche que tenéis,
ni el contenido de vuestra cartera..."

Jim Ulhms en "EL CLUB DE LA LUCHA" (1999)



Hace dos semanas me compré un coche nuevo. Como era más grande que el que tenía tuve que cambiar de plaza de garaje. Estaba más contento que mi hijo cuando le regalo una de esas miniaturas, maquetas de esos modelos que nunca podré tener a menos que Dios me dicte al oído una de esas series de mega-éxito y, de paso, también me dé el contacto del tipo de la cadena de televisión al que se la tengo que vender.

El caso es que esta mañana a la hora de salir, no calculé bien el espacio por uno de los laterales y le hice un rozón con una barandilla en una de las puertas. Como la maldita es de color rojo, parecía que le había hecho una herida a mi coche nuevo. Al principio estaba jodido. Lo reconozco. Y me jodía aún más que me jodiera. Siempre me he metido con esos tipos que sienten las cosas que les pasan a su coche como si las sufrieran en su propia piel. Un coche es solo una máquina. Una máquina que te trae y te lleva. No hay que tener sentimientos por él. Pero me he dado cuenta de que me engañaba: yo antes tenía un escarabajo (¡mi viejo escarabajo!). Con él aprendí todo lo que sé. El se llevó también todas mis ignorancias y mis inseguridades en la carretera. Nunca le di un golpe, pero tampoco me preocupó. Me había hecho a la idea de que él estaba allí para apechugar con mis fallos… Así que no voy a engañarme: después de trece años le quiero como a uno de la familia porque me ayudó a crecer y es de bien nacido ser agradecido… aunque sea con una máquina.

Sin embargo, yo ahora pensaba que ya lo sabía todo. Mi coche nuevo iba a quedarse brillante, flamante, oliendo a nuevo para siempre… Y esta mañana, esta maldita mañana, esa herida roja en su lateral le chillaba a todo el mundo que su dueño era un maldito inútil, un novato que había escamoteado la L en la luneta trasera. Vociferaba a todos los que circulaban a mi lado que ese tipejo que iba al volante, ya le había hecho un rayajo a ese precioso modelo de menos de un mes de vida.

¡Gritaba al mundo entero mi propia incapacidad…!

Como soy un obsesivo compulsivo, de camino por la Castellana, no he podido evitarlo y me iba fijando en todos los coches que paraban a mi lado. De repente, he caído en la cuenta. Es increíble. Todos tienen rozones. Pero todos. Algunos incluso golpes. He entendido entonces algo en lo que no había reparado nunca: nadie, absolutamente nadie, a menos que acabe de salir del concesionario, lleva la carrocería impoluta.

He pensado entonces que son los coches son como las personas. Todos llevamos rozones. Rozones en el alma, muchas veces incluso golpes que no han sido reparados, arañazos de decisiones erróneas, rayajos fruto de que una vez calculamos alguna vez mal la distancia… y chocamos. Sentimos vergüenza porque son el escaparate vivo de nuestra novatez en la vida. Y sentimos que los demás pueden verlos con solo mirarnos… Pero no. Esos rayajos en el alma son invisibles a aquellos que caminan a nuestro lado porque cada uno tiene los suyos y nunca nos fijamos en los de los demás. Solo conocemos su ubicación aquellos que conducimos el cuerpo… o el coche. Así que seguimos circulando por la calle porque hasta nosotros terminamos olvidándonos de nuestros propios rozones. Caminamos con ellos hasta el momento que llegue un buen chapista que vuelva a dejarlo como nueva la carrocería. Pero será efímero. Pronto volveremos a hacerle nuevos rozones…

La única solución para no volver a rayarlo es dejarlo encerrado en un garaje y no sacarlo jamás a la calle. Como esos coches que duermen bajo una lona oscura con la matrícula pintada… Pero eso no es vivir. Vivir es pasar por puertas estrechas, golpearnos con barandillas, circular por calles embotelladas, aguantar el claxón de los nerviosos, pisar a fondo en las autopistas… y hacernos rozones.

Los rozones nos recuerdan que estamos vivos...