21 diciembre, 2006

LA MUERTE NOS SIENTA TAN MAL...

"¡La muerte no espera que estés preparado,
la muerte no tiene miramientos,

ni es justa!"

C. Nolan y D.S. Goyer en "BATMAN BEGINS" (2005)



La muerte está sobrevalorada.

Sí, sí. Le damos demasiado valor porque no le plantamos cara. Vivimos ajenos a ella, le damos la espalda como si se la hubiera inventado Ingman Bergman y es por eso que cuando aparece nos parece importantísima. No te digo ya si es la propia. Todo el mundo se da golpes de pecho y, es entonces, cuando nos preguntamos airados al cielo el por qué de su existencia. Incluso hay quién se hace el sorprendido. Pero desde que el mundo es mundo todo dios se ha muerto. Todos. Y lo digo literalmente. Incluidos Zeus, Isis, y otras muchas deidades de las cuales no queda ya ni el nombre. Es el feliz destino de existir, que un día vas y te mueres. Y sin hora previa como el dentista.

Sin embargo, en nuestros días el luto de lo políticamente correcto nos obliga a torcer la cerviz y poner gesto de cariacontecido como si nos afectara y la descubriéramos por sorpresa. Como vivo en España, ese sentimiento público se multiplica por diez, y a dicha situación añádense las loas al fenecido aunque en vida hayamos mentado a su madre cada vez que se ponía el sol. Pero una vez muerto el perro, maledicencias a la rabia. Aunque la rabia haya tenido las narices de llevar a cabo lo que muchas veces deseamos…

Viene al caso tal reflexión porque ayer perdieron la vida en un accidente de tráfico cuatro personas que iban en autobús a ver a su equipo, el Recreativo de Huelva, enfrentarse al Real Madrid. Durante gran parte del día se planteó suspender el partido de liga. Los periodistas hablaban de poca sensibilidad. El presidente andaluz aducía que no había ánimo de jugar, los merengues asentían circunspectos y los mandatarios de la Liga de Fútbol PROFESIONAL (nótese el matiz) asentían. Yo no salía de mi asombro. No puedo entender que porque hayan perdido la vida cuatro de personas seguidoras de tu labor profesional (que tienen todos mis respetos) uno deje de hacer ese trabajo. ¿Qué eran hinchas del equipo? Supongo que exactamente igual que muchos de los que pierden la vida en las carreteras un fin de semana… ¿Y si se hubieran matado volviendo del fútbol, habrían dejado de entrenar al día siguiente? ¿Acaso los jugadores conocían alguno de los finados para verse tan afectados física y psicológicamente? Es casi seguro de que no. Y aunque así fuera ¿por eso no pueden pegar patadas a un balón? ¿Pero no se les llena la boca otras veces diciendo son ellos son unos profesionales?

La situación a fuer de ser esperpéntica era estúpida. ¿Alguien se imagina que un día Antena 3 dejara de emitir su programación porque un autobús con espectadores para el programa de Buenafuente hubiera sufrido un accidente? No digo ya si se mata un trabajador de la cadena… ¿Se suspendería la programación? Pues es lo mismo señores. Un minuto de silencio por aquello del consabido respeto y a jugar, a dar espectáculo, a trabajar... Y dejen de comportarse como unos tiernos infantes inmaduros. Y no me llamen insensible… después de jugar el partido, que alguien con cabeza ordenó celebrarse, ninguno de esos esforzados trabajadores acudió a consolar a los familiares al tanatorio… ¡Qué falta de sensibilidad farisea!

Alguien debería haberles explicado a unos y otros que lo suyo es Show Business. Y que, gracias a pertenecer a ese mundo, cobran sueldos de infarto. No porque practiquen un deporte. Deporte hacemos todos con mejor o peor fortuna. Sino porque ese deporte hace tiempo que se convirtió en espectáculo de masas y los medios de comunicación han hecho de ellos unos semidioses. Así que deberían conocer unos y otros (esos presidentes que en muchas ocasiones son más protagonistas que los propios actores principales de este espectáculo) el primer mandamiento de este mundillo: “The show must go on”. Pero, como nuevos ricos llegados a esta finca, desconocen las normas de esta “comunidad de vecinos” y quieren saltarse la primera regla de la casa: El show debe continuar...

Todos conocemos historias de actores que, el mismo día que moría su padre , han salido al escenario de un teatro a ofrecer la función reglamentaria… En muchos casos, una comedia. Eso es ser un profesional. Ya lo cantaba Freddy Mercury: “Aunque por dentro mi corazón esté roto, el maquillaje debe mantener mi sonrisa…” Y así debe continuar.

Es la muerte señores. Nos asalta a la vuelta de la esquina. No avisa y nos pilla por sorpresa desde el principio de los tiempos. Pero somos tan soberbios que hace tiempo que pensamos que no puede alcanzarnos. ¡Como voy a morirme hoy si tengo partido! ¿No puede darme cita para otro día? Es que hoy tengo reservada pista de paddle ¡Ya podía avisar por sms y no presentarse así de improviso! ¡Qué falta de todo!

La muerte fastidia y es una lata siempre que llega. Nos pilla mal. A deshora. Nunca es el momento. Siempre nos sienta mal. Y si es la de los otros... ya ni te cuento. Que vale que la gente se muera, pero que no moleste. La muerte es algo puramente personal y no debe incordiar a los demás. Muérase usted de puertas para adentro. Porque si se hace de puertas para fuera hay que parar el mundo, y reflexionar. Y darnos golpes de pecho. ¡Oh, ha muerto! ¡No tengo fuerzas para nada...!

Insisto. Está sobrevalorada. Quizá alguien debería repetirnos como al césar tras una de sus victorias: “recuerda que eres humano… recuerda que has de morir”. Hay que convivir con la muerte como si fuera un vecino molesto, pero vecino al fin y al cabo que tiene su piso en el edificio de la existencia.

En cualquier caso, lo que no hay que hacer es suprimirla de nuestras vidas como pretende hacer una de nuestras ministras… Esta vez la genialidad le toca a la de Medio Ambiente: ha propuesto que las corridas de toros sean como en Portugal. Allí, se le hace al cuadrúpedo exactamente lo mismo que en las plazas españolas, con la salvedad de que en el último tercio, el de la suerte suprema, el torero al entrar a matar sustituye el estoque por un capirotazo en la cerviz del animal como símbolo de la espada que entra en su lomo… Y el toro a los corrales.

Muchos pensarán, y dirán como nuestra ministra, que así se evita la muerte del animal. Medida muy ecologista, muy europea, muy progresista... Nada más lejos de la realidad. Nuestra insigne encarterada ignora, u oculta, que en dichas corridas edulcoradas no se le perdona de esta forma la vida al toro. Una vez que se lleva a cabo la pantomima/representación, el bicho pasa a chiqueros y allí es apuntillado a traición por un matarife… eso sí, nadie presencia la muerte. Que el público no vea el espectáculo sanguinolento. Como no podemos evitar la muerte, la ocultamos. Como se le hace a los niños. No vaya a traumarnos.

Tiene razón la ministra. La muerte es la realidad. Pero es desagradable. Es retrógrada. Es facha. Es un asco. Es la jodía verdad… Pero ofende. Desagrada. Como la grasa de las hamburguesas. Debemos de darle la espalda e irnos a casa pensando que ese toro portugués, una vez salga por chiqueros, será recogido por una limusina blanca e irá directo al paraíso de los toros, donde beberá litros de cerveza rodeado de vacas de grandes ubres en una orgía bobina sin fin... Que bonito. Que idílico. Que basura…


6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

De acuerdo en todo. Genial post: la muerte no avisa, es incómoda y políticamente incorrecta. De ahí que esté mal visto fumar, beber, comer grasa, no hacer deporte y tener arrugas.Pobrecito el que tiene cáncer o un familiar en el hospital. Nuestra actitud cambia en cuanto hay un enfermo delante. Es estúpido suspender un partido de fútbol por un accidente de unos hinchas a los que no conocen. Durante el partido probablemente algún aficionado murió, me da igual de qué equipo fuera, pero murió. Ninguno se dio cuenta y nadie dijo nada, ¿era menos el aficionado anónimo que murió? pero es políticamente incorrecto que haya un accidente de esas magnitudes y el presidente del recreativo no salga llorando ante la cámara sin poder decir ni una palabra y habiendo solicitado el aplazamiento del partido. Vulgar, falso, teatrero, propagandístico. Es como apadrinar un niño en Navidad.

8:57 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

El gran Julián Marías comentaba con fino humor que antes, cuando una persona entraba en trance de la muerte, pedía confesión. Ahora, cuando una persona se siente morir se pide una ambulancia...
Toda muerte nos parece extemporánea, fuera de lugar, aún en personas de edad avanzada.
En esta sociedad hemos llegado a la absurda situación en la que la muerte no se acepta. No se habla de ella si no es mediante circunloquios, no se la hace frente. Como nos es extraña, cuando aparece a nuestro alrededor nos deja perplejos, nos llena de estupor, no sabemos qué hacer. Se da además la situación paradójica de que en la televisión aparece cotidianamente la muerte, pero en una visión alejada, haciendo constar que siempre son "otros" los que mueren.
Habría que volver la vista atrás y recordar esos versos de Jorge Manrique en la muerte de su padre el Maestre de Santiago don Rodrigo Manrique de Lara.

"y consiento en mi morir
con voluntad placentera, clara y pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera,
es locura".

Enrique

9:17 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Y lo peor no es morirse sino la manera de hacerlo. Recuerdo hace unos años que un autocar de abueletes se estrelló después de venir de Fátima. Son esas historias de muertes de chiste, que te imaginas a los yayos diciendo antes de caer por el barranco: "virgencita déjame como estoy". Tampoco me imagino a la virgen de Fátima dejando de hacer milagros en señal de duelo -si es que alguna vez los hace-. No sé, yo creo que la cosa va de: Te has muerto, te jodes, y punto.

12:51 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por cierto que algunos de los jugadores del Recre si que conocían a los muertos. Eran hinchas desde que el Recre es Recre. Sólo para que se sepa.

1:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La muerte... como dice Brooke Shields "Cuando una persona muere pierde una parte fundamental de su vida" (sic). Seguramente la ministra utiliza los mismos parámetros lógicos para defenestrar las corridas de toros.

P.D.: visto el resultado del partido, hubiese sido mejor suspenderlo.

Churno.

4:29 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hombre, lo mejor fue el resultado.

(ejem)

7:49 p. m.  

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