DE GRANDES CENAS ESTAN LAS SEPULTURAS LLENAS...
"En la partida de la vida, las mujeres son la banca..."
D. Levien y B. Koppelman en "ROUNDERS" (1998)
D. Levien y B. Koppelman en "ROUNDERS" (1998)

Como se ha dicho en estos días, sufrimos una peligrosa corriente de opinión por la cual un chiste sexista es tomado de distinta forma según lo cuenta un hombre o una mujer. El sexismo sólo es tenido en cuenta si viene del lado machista pero en ningún caso si viene del poder “hembrista”. De la boca del hombre produce rechazo, de la boca de la mujer mueve a la sonrisa cómplice.
Yo, personalmente, estoy en contra del sexismo. Venga de donde venga. Creo que aferrarse a la Discriminación Positiva es como hablar de Pena de Muerte Justa. Términos contradictorios en cualquiera de los casos pero igualmente justificables en muchos de ellos. La reparación de la pérdida, del daño causado con anterioridad, da carta blanca al acto injusto que se cometa a posteriori. Es la famosa ley del péndulo que tan bien conocemos en este país que tanto daño nos ha hecho durante la Historia, y que se manifiesta en estos días con una ferocidad inusitada. Pero, no pasa nada, la dejamos pasar porque no nos afecta... todavía.
Sin embargo, son esas pequeñas cosas, esos pequeños detalles, los que van calando poco a poco en nuestro ánimo y que terminamos por admitir como ciertos sin apenas darnos cuenta de que son injustos objetivamente. Y es que, como decía un profesor mío, “el lenguaje crea realidad”. De tanto nombrar algo, de tanto darle el status de verdad a algo, termina por convertirse en real. Y eso es muy, muy peligroso. Si creemos que determinadas discriminaciones son positivas, de unas discriminaciones se pasará a otras que, igualmente, serán justificadas como reparadoras de un acto anterior injusto por el sector dominante en ese momento y que serán consideradas como idénticamente positivas... y así, poco a poco, iremos siendo cada día más desiguales, eso sí, positivamente..
Pero, pasemos a los hechos....
La famosa “cena de hombres” narrada en mi anterior post es absolutamente falsa. Sí. Nunca existió la asociación cinematográfica a la que hacía mención y nunca, nunca, pertenecería a un club de ese estilo. Opino como Marx (Groucho): “Nunca pertenecería a un club que me tuviera como socio”. El señor Corazza solo existió en mi imaginación y el pobre, como personaje, fue creado exclusivamente para ser maltratado por los lectores. Descanse en paz. El no tuvo la culpa del mal carácter que le dio “éste su padre” que os escribe. Como primera conclusión queda probado, entre otras cosas, que todos aquellos ignorantes que aluden a Internet como fuente principal de información y contraste, olvidan habitualmente que la red puede ser tan manipulable o falsa como cualquiera de los medios de comunicación. Este que os habla, en su pequeña parcela, lo hizo con bastante facilidad. Nadie se planteó ni como alternativa que todo pudiera ser una patraña y es que, corren días en los que se miente con una increíble facilidad...
Pero no me desvío. Permítaseme que por una semana, quisiera convertirme en un machista feroz, estúpido, poéticamente cursi y maquinalmente prepotente.
¿Por qué? Comento algunas de las jugadas:
“La diferencia más visible entre una reunión femenina y una masculina, y esa fue la impresión más inmediata que tuve de que, efectivamente, aquella era una cena con presencia exclusiva de hombres” Que gran majadería aludir al atuendo como diferencia obvia entre hombres y mujeres. Una vez más la etiqueta, eso que nos colgamos para diferenciarnos de los demás, como lugar común en el que refugiarse. Entre nosotros, una estupidez. La metáfora en el techo, simplemente, una cursilada de las que tanto se llevan hoy en día.
“Fue entonces cuando entró en un discurso(…) sobre la relación entre los hombres y el poder pero sabiamente envuelto en agudeza, en originalidad y en humor. El público se reía porque los presentes entendíamos muy bien de lo que estaba hablando.” ¿Los hombres y el poder? ¿No es terriblemente tópico? En cuanto a las risas cómplices de todos, me parece la típica escena machista de los hombres “entendiéndose entre ellos”. Riendo de esas cosas que las mujeres no entienden…. pobrecitas. Sin comentarios.
El chiste del baile es la guinda. ¿Os imagináis cualquier representante público haciendo por televisión semejante gracieta? Por bastante menos, todas las diputadas de un par de grupos políticos en el Congreso abandonaron el hemiciclo. Permitir a las mujeres que accedan al poder, únicamente para utilizarlas como material danzante o simples floreros, le habría costado el cargo a cualquier político con dos dedos de frente y sus asesores de imagen engordarían las listas del paro por los siglos de los siglos…
Mi comentario final que, al que por cierto nadie aludió, era de juzgado de guardia: “Solo un hombre puede permitirse un chiste así y sólo un hombre es consciente de su auténtica autoridad”. Claro, es que , como todos sabemos, hay chistes sólo para hombres, como hay coñacs sólo para hombres, o locales sólo para hombres. Al igual que ocurre con la autoridad: "¡Solo los hombres sabemos lo que es verdadera autoridad…!" ¡Con dos cojones! que diría Torrente.
Innombrable. Si esto lo dice un señor en un programa de televisión lo echan a pedradas… Con razón. Gracias a dios, quedan pocos tipos que opinen así y aún menos los que se atrevan a expresarlo, salvo el personaje de Santiago Segura, claro está.
Y para concluir: “todo me había parecido todo muy bien y muy interesante.” Yo encantado con la situación. Ni una sola crítica. Podéis creer que si hubiera asistido a una cena así, Corazza por muy buen director de cine que fuera, habría obtenido mi repulsa por sus actos y sus palabras. Un buen buen artista no tiene por qué ser una gran persona. Y así tenemos que ver a los que admiremos por su trabajo. Son solo personas. Sus obras no son ellos. Cosa que hoy en día también se confunde...
Y te estarás preguntando…. ¿Por qué todo este embrollo? ¿Por qué este absurdo bloggero se inventó tan enreversado experimento? ¿Por qué sigue drogándose? ¿Qué opina su médico de todo esto?
Bien, como ya es sabido, siempre se dice que el lenguaje es machista. Y es cierto. Hay palabras que en masculino expresan bondad, calidad de bueno o términos de excelencia y en femenino, son malos o tienen cualidades negativas. A saber: algo bueno es cojonudo y malo es un coñazo, un hombre público frente a una mujer pública, un zorro frente a una zorra… y así miles de ejemplos.
Sin embargo en nuestros días, como ya apuntaba al principio, las tornas han cambiado. Se ha dado la vuelta a la tortilla. Una vez más, la famosa ley del péndulo. Así un spot, un chiste o una anécdota contada en femenino es graciosa, ocurrente o mueve a la sonrisa cómplice. Pero ese mismo spot, chiste o anécdota en masculino se convierte en un elemento machista, sin gracia y que mueve a la descalificación….
Así, leyendo la semana pasada el Blog de una conocida periodista me encontré con el siguiente artículo:
CENA DE MUJERES por Victoria Prego
"Lo primero que se veía en aquella cena, la que convocó la vicepresidenta del Gobierno en el Palacio de El Pardo en honor de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, eran los colores. Sentadas en el patio central del palacio, ahora cubierto de cristal, asistimos primero a un pequeño concierto. Se cantaban canciones españolas y chilenas del tiempo de nuestra generación. ‘Te Recuerdo Amanda’, ‘Palabras para Julia’, ‘Libre te quiero’.
En un momento levanté la cabeza hacia el cielo. Y vi reflejado en el cristal del techo una escena magnífica: enmarcado en el azul de una tarde anochecida, se reflejaba un cuadrado perfecto, punteado de colores.
Éramos las mujeres que, abajo, escuchábamos cantar y que, menos mal, íbamos vestidas de todos los colores. Si ésta hubiera sido una reunión de hombres, que son las más frecuentes, el cuadro no se habría podido ver porque habría sido el azul de la tarde enmarcando una mancha oscura.
Ésa es, probablemente, la diferencia más visible entre una reunión femenina y una masculina, y esa fue la impresión más inmediata que tuve de que, efectivamente, aquélla era una cena con presencia masiva de mujeres.
Pero yo había ido allí a conocer a la presidenta chilena, que hizo un discurso oficial y ortodoxo en los primerísimos minutos: encuentros productivos, acuerdos bilaterales, la tradicional amistad, muy agradecida a la hospitalidad demostrada, etc, etc.
Lo bueno vino a continuación. Bachelet soltó los papeles y continuó hablando a pelo. Fue entonces cuando entró en un discurso político, muy político, sobre la relación entre las mujeres y el poder pero sabiamente envuelto en agudeza, en originalidad y en humor. El público se reía porque las presentes entendíamos muy bien de lo que estaba hablando.
Luego, acabado el tramo protocolario, pude escuchar largamente a Michelle Bachelet explicar la situación de su país, sus proyectos y sus dificultades. Es de carácter firme, pero lo bastante inteligente como para imponer sus decisiones evitando las escoceduras.
Un ejemplo de lo que digo: cuando explicaba su decisión de formar un Gobierno paritario, y de que la paridad se extendiera en los niveles inferiores de la Administración, contó una anécdota ilustrativa. Dijo con ese acento suave y dulce de los chilenos: "Y cuando ya hice el Gobierno, que era un gobierno por la igualdad, yo los reuní a todos, almorzamos, brindamos, celebramos el comienzo de la legislatura y, al final, les dije: "Pero, de verdad, ¿quieren saber ustedes por qué decidí que este gobierno fuera paritario? ¡Para que podamos bailar!"".
Sólo una señora puede permitirse una broma así. Y sólo una señora que es consciente de su autentica autoridad.
Muy interesante la cena. Y muy divertida."
¿Todo explicado? :-)
Como habréis podido observar, nada más que tuve que cambiar el género de los protagonistas. Poner hombre donde Victoria decía mujer. Vestir a la concurrencia de distinta forma: los “aburridos” smokings por los “divertidos” vestidos multicolores. Y mi antipático ficticio Corazza sustituyó a la ocurrente presidenta de Chile. El resto todo igual. Ni siquiera cambié mi estilo. Frases literales en los momentos decisivos.
Únicamente me permití la broma de incluir canciones de mi generación como Sin Documentos (de Andrés Calamaro), Ayatolah (de Siniestro Total) y Gran Ganga (de Almodóvar cuando era un Kontra Kultura y no un Principe de Asturias) frente a las progres canciones de los 70. Personalmente creo que las nuestras hubieran sido mucho más divertidas y con un mensaje mucho más actual hoy en día...
Gracias a todos y perdonad por la broma, me indignó comprobar que a la popular periodista todo en la famosa cena le había parecido muy bien sólo por el hecho de que la discriminada positivamente era ella. ¿Hubiera dicho ella lo mismo si la recepción hubiera sido sólo de hombres, si se hubiera visto excluida por ser mujer, y yo hubiera escrito de esta forma mi crónica? ¿Qué habrían pensado las lectoras de los comentarios al respecto? ¿Y por qué no hacerlo...?
Dicho y hecho. Me puse manos a la obra y a esperar los comentarios.
El resto lo habéis construido vosotros...
Un abrazo a todos.
P.D. Para los que quieran ir a la fuente original:
http://www.elmundo.es/elmundo/prego.html