17 mayo, 2006

CONFESIONES DE UNA MENTE PELIGROSA

Hacía mucho tiempo que no leía un libro de más de cuatrocientas páginas en dos días. Compré el volumen de saldo por una sola razón: el título me parecía buenísimo. No sabía lo que me encontraría dentro pero en mi penuria económica algo me decía que la pequeña inversión merecería la apuesta. Tengo una sensación que me tiene confundido últimamente: cada día me dejo llevar más por la intuición y menos por la lógica. Siempre supuse que cuanto más viejo, más le valdría a uno la sapiencia y la experiencia acumulada que el “pálpito” momentáneo. Pues bien. En los últimos tiempos, solo me guío por la intuición y, lo que me tiene aún más confundido, es que no fallo una. Quizá es que, como dijo el sabio, al final la sabiduría consiste en saber que no sabemos nada y que hay que dejarse llevar por el corazón.... Sorprendente.

Bueno, sigo, que cada día me despisto con más facilidad que mi adorado Berlanga.

Sabía que George Clooney había debutado en la dirección cinematográfica con esta historia y que el guionista de culto, Phillip Kauffman, se había ocupado de la adaptación. Los tres euros de coste del libro no suponían unas pérdidas irreparables en mi bolsillo en el caso de que la biografía de este tal Chuck Barris no me atrapara. Además, a fin de cuentas este fin de semana largo había Fórmula Uno, Motos y demás acontecimientos deportivos, fugaces y estúpidos pero que ayudan a llenar las horas... Si no me gustaba, llevaba un par de libros en la recámara: hace ya tiempo que no termino uno que no me gusta. La vida es demasiada corta y son muchos los que quedan por leer así que no merece la pena la inversión en horas en una mala historia, mal contada o que no me interesa...

No ha sido el caso.

Superó con creces mis expectativas. Las carreras sólo las escuché porque no podía despegar mis ojos de sus páginas. Se lee casi sin querer. Es ágil y apasionado. Es estúpido y trascendente. Es lógico y contradictorio. Es terriblemente humano.

Y lo que es mejor, es verdad y parece mentira. O son todo mentiras, tan mentiras, que llegan al otro extremo y parecen verdad... Un tipo estúpido, insensible, con apenas dos dedos de frente que triunfa en la vida, llega a ser millonario, se convierte en ídolo de masas y no está contento con su vida. Todo contado por él mismo... Una curiosidad: este tipo, llamado Chuck Barris, es el creador de todos esos concursos idiotas que hemos visto por televisión en los que una chica ha de elegir a un chico de entre tres sin veles y solo por el método de hacerles preguntas, la “Media Naranja” de Jesús Puente o el famoso Semáforo de Chicho Ibáñez Serrador en la que los más frikis del país nos demostraban sus habilidades... Hasta ahí todo sería vulgar...

Pero lo que hace de esta historia algo especial es que este individuo llevaba una doble vida. No. No engañaba a su mujer, no era bígamo, no se disfrazaba de mujer las noches de luna llena, no... El tal Barris era además... ¡agente de la CIA! Pero no es que fuera un simple informador, no, era un asesino profesional que aprovechaba los viajes que ganaban sus concursantes para acompañarles y, de paso, matar para los servicios de espionaje más famosos del mundo... De hecho, el viaje se organizaba en función de las necesidades que tuviera él de realizar una de sus misiones. Así, se regalaban “románticos” viajes a destinos tan exóticos como Berlín Occidental o Moscú... La coartada perfecta de puro surrealista...

Al ser además de creador, el presentador de sus programas, fue tan terriblemente conocido por el público como odiado por la crítica que le consideraba el padre de la telebasura americana... Una especie de Sardá o Pepe Navarro.. Alucinante. ¿Os imagináis a Buenafuente como un espía de CNI armado con pistola y silenciador? "Soy Fuente, Buena Fuente". Pues eso. Quizá por eso Estados Unidos es un país tan diferente... quizá por eso el sueño americano es tan sueño... porque ni siquiera el mejor de los guionistas sería capaz de pensar un argumento mejor.

Solo le odié por una razón, me ha robado el título que tenía pensado para mis memorias: Autobiografía no Autorizada.

Una delicia.

“Confesiones de una mente peligrosa” Chuck Barris. Ediciones B. 2003.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡Efectivamente increíble!
Sólo falla una cosa: ¿cómo si era tan conmocido (presentaba sus programas), se atrevía a ir con una pistola matando espías malos? Lo podían identificar en la rueda de reconocimiento: "Es ese, el número cinco, el que se parece al presentador de "Su media naranja".
En cualquier caso la realidad, siempre, supera a la ficción... pero ¿te imaginas a "Chanquete" de espía del Cesid?
Saludos y gracias por la recomendación bibliográfica.
Anónimo Venenciano

8:37 a. m.  
Blogger Pedro Luis Barbero said...

Chanquete?

Y que me dices del "Doctor Nacho" de Médico de Familia???

Aunque no me negarás que el tal Barris de la foto no tiene un parecido a Buenafuente... Ponle barba y gafitas y casi casi...

Por cierto, rápidamente corrí tras leer el libro a ver la peli y no me gustó nada nada... Le falta humor y tensión, y le sobra la trascendencia. Mal de guión y pobre de dirección.

Eso sí, un casting muy importante: todos los amigos de Oceans Eleven de Clooney. El final mucho peor...

Pero sigo recomendando vívamente el libro: lo teneis en cualquiera de los Books Center al módico precio de 3.95€.

11:10 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡¡¡ UN LIBRO MAJETE ¡¡¡, SIMPATICO Y SOBRE TODO CANALLA, MUY CANALLA.

5:29 p. m.  

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