09 marzo, 2006

LEGAJOS DE FAMILIA

El lenguaje es mentira. Una tiranía que arrastramos desde el preciso instante que el mono loco bajó del árbol. El mono loco, claro está, es el hombre: nuestro antepasado que pensó que podía dejar las ramas y caminar erguido sobre las patas traseras. El mono cuerdo se quedó en la copa del árbol y allí sigue.... Pero el simio andante quiso diferenciarse de sus parientes pobres y decidió que ya estaba bien de llamarse a gritos y aullidos, e inventó un sistema de comunicación basado en sonidos más armónicos, con reglas y academias normativas. Ahí nació el Hombre. En primer lugar porque somos el único bicho viviente sobre este planeta que inventamos normas completamente arbitrarias para regirnos, y en segundo lugar porque en cuanto aparecen más de dos humanos en escena, somos incapaces de ponernos de acuerdo... Así, cada individuo pensó que su forma de gritar debía de ser única y distinta del mono loco que había bajado de la encina de enfrente, en lugar del roble del que descendimos nosotros y si observamos la cantidad de árboles distintos que hay en el planeta comprenderemos el número de lenguajes que nos hemos dado los humanos...

Y aquí estamos: todavía en la prehistoria de la Humanidad. Todo acabará el día que podamos comunicarnos directamente de cerebro a cerebro. La telepatía acabará con esa estupidez universal que son los lenguajes, un arcaísmo aún necesario para la comunicación. Y para muestra un ejemplo: los extraterrestres no tienen ese problema... Llegan a cualquier lugar de la galaxia y ¡plaf! abducen a cualquiera e instantáneamente el sujeto abducido les entiende. Qué adelantos... Pero ¿qué ocurrirá entonces ese día?

De momento se les jorobará el chiringuito a Telefónica, Vodafone y Nokia...

Después le llegará el turno a las academias de las lenguas, a las televisiones autonómicas y a los políticos. Habrá algunas bajas necesarias pero tremendamente lamentables como por ejemplo Chiquito de la Calzada: ¿cómo se podrá trasmitir telepáticamente el Jarrrllll, finsssstro, pecarorrrrrr....? Pero, bueno, que se le va a hacer, para hacer una tortilla hay que romper algunos huevos...

Saldremos ganando porque nos desharemos de lo políticamente correcto, el verdadero cáncer de la sociedad moderna. Lo políticamente correcto es la prostitución del lenguaje por esos proxenetas de la palabra que son los políticos. Así, las cosas serán como sean, pero no podrán jugar con el lenguaje. Se les acabará el chollo.

Pero mientras tanto tendremos que seguir sufriendo los horrores de la prehistoria...

Parece ser que nuestros gobernantes han decidido inventarse un nuevo libro de familia, horrible palabro, en el que no aparezcan la palabra Madre y Padre. Dichos términos serán sustituidos por Progenitor A y Progenitor B. Personalmente me da exactamente igual lo que ponga y me explico. En mi casa no tendríamos problemas: yo siempre seré el progenitor B y la madre de mis hijos el progenitor A, ya que yo soy Barbero y ella es Alonso. Nos da igual un libro que otro.

La razón para dicho invento es que parece ser que los roles tradicionales de Madre como progenitor de sexo femenino y Padre como progenitor de sexo masculino ya no corresponden a la realidad. Hay parejas de lesbianas y de homosexuales que adoptan niños y así tenemos familias con dos padres o dos madres, o madres solteras o padres solteros (en cuyo caso, digo yo, habría un Progenitor A y un Progenitor X... Es broma, ¿eh?).

Bien. Hasta ahí coincido. La familia “tradicional”, si es que existe alguna, ahora está compuesta por miembros distintos. No solo estoy de acuerdo sino que me congratulo de que sea así pero... ¿por qué diferenciarlos con un libro de familia distinto? Si lo que se pretende es “asimilar” ese nuevo estilo de relación familiar ¿por qué hacer diferenciación con el lenguaje? En el momento que les damos una nueva palabra ya les estamos distinguiendo y así el objetivo que se persigue se pierde aún de forma más patente... Así habrá niños con padre y madre, y niños con progenitor A y B. Es decir, otra vez dos tipos de familias...

Lo que hay que hacer es normalizar (palabro aún más horrible) las familias con dos padres y dos madres, no establecer una nueva categorización. En el libro de marras antiguo, donde pone madre se pone el nombre de la chica en cuestión, y donde pone padre, se tacha, se pone madre y se escribe el nombre de la otra mujer, y ya está. Solo hay que hacer ver a la gente que una familia con dos madres, o dos padres, es tan normal como la que cuenta con un padre y una madre...

Y aún voy más lejos, ¿por qué no una familia con dos padres y una madre? ¿Por qué no aceptar en occidente la poligamia, un hecho absolutamente normal en oriente? Alegan los entendidos en la materia que dicha práctica atenta contra la dignidad de la mujer. Yo, que no soy machista, alego que de igual forma soy partidario de la poliandria. Si varios hombres o varias mujeres aceptan dicha forma de convivencia, ¿quiénes somos los demás para prohibírselo o para establecerles lo que es su dignidad?

Así tendríamos que crear de nuevo un nuevo libro de familia distinto con varios padres o varias madres... o varios progenitores que continuaran el abecedario: C, D, E...

Y todo por jugar con las palabras.

Solo hay una cosa que me intriga en todo este problema: ¿Qué hará El Corte Inglés...?

Porque pase lo que pase, ellos siempre lo tienen claro. Nada se les resiste. Son la forma de existencia perfecta: se adaptan a cualquier tipo de cambio social sin apenas esfuerzo. No se preguntan el por qué. Solo el cómo. El cómo vendernos, claro.

Vayámonos preparando para las próximas campañas del Día del Progenitor A y el Día del Progenitor B. Estoy deseando verlas. Seguro que harán que se nos salten las lágrimas.

Y compraremos... ya seamos Progenitor A, B o Z...

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Creo que lo están intentando arreglar. Pero en el caso de los matrimonios heterosexuales sería tan sencillo como haber puesto progenitor y progenitora. Luego para las parejas de sexualidad correlativa (esto no lo he leído en ningún lado, ¡me lo acabo de inventar!)se podría escribir "progenitores dos puntos", o "eximio progenitor" y "magnífico progenitor" o "excelsa progenitora" y "munificiente progenitora" y así evitábamos esa cosa tan fea de ser A o B, ¡como si fueramos grupos sanguíneos! En cualquier caso, si son dos hombres ¿por qué no poner "padres" y si son dos mujeres colocar "madres"? Porque esa es la realidad. Si una pareja gay o lésbica adopta (o tiene uno de ellos, según caso) hijos o los dos son padres o las dos son madres (en ambos casos uno de ellos puede ser el biológico también). ¿Y si aceptamos que haya dos padres o dos madres, además de padre y madre, por qué no llamar a las cosas por su nombre? Tienes razón, Pedro, ¡hay que joderse con los que redactan el BOE! (ya lo decía mi profesora de literatura de cuarto de bachillerato -pero más fino- ¡y era del PSOE!).
Anónimo Venenciano

10:02 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ja,ja,ja buenísimo. Me encanta eso de "se acabó el chollo a los políticos cuando se derribe la barrera del lenguaje" es una magnífica utopía deciencia ficción que desgraciadamente no veremos pero ¿Os imagináis a qué coño tendrían que agarrarse ciertos políticos para levantar barreras? ¡Por fin se acabaron las fronteras! Claro, que los nacionalistas catalanes tendrían que inventarse otra diferenciación para ser independientes, a lo mejor, toman ejemplo del País Vasco, ahí tienen el RH ¿qué se inventarán?

Churno. ;)

11:43 a. m.  

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