23 enero, 2006

VIVIR DENTRO DE UNA NOVELA DE C.F.

Curiosamente al hilo del último post, releo algunas páginas de un libro titulado Starship Troopers (Tropas del espacio). Fue escrito por Robert A. Heinlein y publicado en 1959. Con ella ganó el premio Hugo. Para los que no estéis familiarizados con el mundo de la Ciencia Ficción, os diré que es el galardón más prestigioso que puede obtener una novela de este género. A España llegó tan solo unos años más tarde... en 1986. Fue publicada por Orbis dentro de su colección Biblioteca de Ciencia Ficción. Sin embargo es posible que Starship Troopers os suene ya que se hizo una adaptación cinematográfica dirigida por Paul Verhoeven en el año 1997. Lo increíble es que pese a estar escrito hace casi cincuenta años pueda tener una vigencia tan actual...

La trama de la novela es simple. En el año 3310 las personas tienen que ganarse su condición de ciudadanos, y con ello su derecho al voto, en virtud de los méritos obtenidos en el servicio militar. En esos días, la Tierra libra una batalla contra el planeta Klendathu, habitado por insectos gigantes, que bombardean regularmente nuestro planeta con meteoritos descomunales. La historia narra las aventuras de un grupo de jóvenes desde su formación en la academia militar hasta sus hazañas en el campo de batalla contra los bichos de este distante planeta. Hasta ahí nada del otro mundo, nunca mejor dicho.

Sin embargo, Heinlein utiliza la trama para poner en solfa los pilares básicos de nuestra sociedad, nuestro sistema político y de valores, de nuestras democracias actuales, de nuestra occidental forma de ver las cosas y autocomplacernos. Como una especie de Julio Verne moderno visiona hacia donde puede llevarnos nuestra actual forma de vida. Muchos han visto en esta novela solamente militarismo, autoritarismo, fascismo... Personalmente creo que esas acusaciones parten de quedarse, estúpidamente, en la superficie de la trama ya por las esas razones podríamos acusar de lo mismo a Orwell por su novela 1984. Quizá estos críticos se olvidan de que muchas veces la ciencia ficción utiliza la recreación de mundos futuros para criticar más abiertamente el mundo presente...

No os quiero liar más. Os dejo con un gran pasaje de Starship Troopers que me trajo a colación el post del viernes. Ya comentaremos más adelante. He extraido los pasajes que me parecían más interesantes para hacerlo más digerible.

Para poneros en situación os diré que nuestros protagonistas están en un aula de la academia militar. El profesor Dubois imparte la asignatura Historia y Filosofía moral. Discute con una de sus alumnas acerca de cómo era la sociedad de finales del siglo XX...

“ - La gente respetable casi no se atrevía a pasar por los parques públicos de noche. Hacerlo era arriesgarse a ser atacado por manadas de niños, como lobos, armados con cadenas, cuchillos, armas de fuego hechas en casa, porras; se corría el riesgo de, como mínimo, ser apalizados, atracado con toda seguridad y probablemente sufrir lesiones irreparables, o incluso la muerte (...)

- Señor Dubois, ¿no tenían policía? ¿O tribunales?

- Tenían mucha más policía de la que tenemos nosotros. Y más tribunales. Y todos desbordados por el trabajo (...) El método, comprobado por el tiempo, de infundir la virtud social y el respeto por la ley en la mente de los jóvenes no parecía atraer a los miembros de una clase pre científica y pseudo profesional que se autodenominaban “asistentes sociales” o a veces “psicólogos infantiles” (...) La equivocación trágica de lo que hacía esa gente bienintencionada, en comparación con lo que creían que estaban haciendo, tiene unas raíces muy profundas. No tenían ninguna teoría científica de la moral. Tenían una teoría de la moral anticuada e intentaban vivir según ella pero su teoría era errónea: la mitad era ver las cosas como querían verlas, y la otra mitad, era charlatanería racionalizada. Ellos daban por sentado que el hombre tiene un instinto moral.

- Yo pensaba... ¡Pero lo tiene! ¡Yo lo tengo!

- - No jovencita, usted tiene una conciencia cultivada, una que ha sido cuidadosamente educada. El hombre no tiene ningún instinto moral. No nace con un sentido de la moralidad. Nosotros adquirimos un sentido de la moralidad, cuando lo hacemos, a través de la educación, la experiencia y el esfuerzo de la mente. Aquellos desafortunados criminales juveniles nacieron sin ningún sentido de la moralidad, como usted y como yo, y no tenían ninguna posibilidad de adquirirlo, ya que sus experiencias no se lo permitían (...) La base de la moralidad es el deber, un concepto que tiene la misma relación con el grupo como el interés personal con el individuo. La sociedad en la que vivian les hablaba continuamente de sus derechos. (...) Delincuente quiere decir que no cumple sus deberes. Pero el deber es una virtud adulta; de hecho un joven deviene adulto cuando, y solo cuando, adquiere un conocimiento del deber y lo abraza como algo más preciado que el amor a sí mismo con el que nació. Por cada criminal juvenil siempre hay uno o más delincuentes adultos, gente madura que o bien desconocen sus deberes o bien, conociéndolos, no les hacen caso... (...)

Y ese era el punto débil que destruyó lo que en muchos otros aspectos era una cultura admirable. Los jóvenes vándalos que corrían por las calles eran solo el síntoma de una enfermedad mayor; sus ciudadanos (todos los habitantes eran considerados como tales) glorificaban su mitología de “derechos”.. y perdieron de vista sus deberes. Ninguna nación organizada así puede sobrevivir...”


Fuerte ¿eh? Justo de lo que hablábamos el otro día con respecto a lo que vivimos estos días... Y pensar que alguien lo escribió hace ya casi medio siglo.

La realidad siempre supera a la ficción. Y, como vemos, también a la ciencia ficción...

P.D. Hoy han salido más imágenes como las de ayer... De otros chavales y aún más brutales... Hoy ya no he sentido indignación. Simplemente, he sentido miedo.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Se me ha puesto la carne de gallina...si que es fuerte...
La educación es la clave...estoy de acuerdo...y escasea en todos los sentidos...
Mira...hay algo que me pone nerviosísima...ver cómo los niños tiran delante de los morros de sus padres el papel del bollo de la merienda al suelo...pero claro...es que mientras el niño se come el bollicao...la madre se enciende el último cigarro del paquete de tabaco...lo arruga y lo deja caer a la acera... ( Un día se me ocurrió la chulería de decirle a una tía al ver esa escena: "Oye...se te ha caído"...y me contesto:"NO lo he tirado"....con toda su hocico....y me quedé cortadísima..)
¿¿¿Así cómo coño aprenden estos niños???

¿Qué son violentos??? Pero esos niños que ven a su padre los domingos gritarle al arbitro "hijoputa...te daba de hostiaaaaas"...¿cómo aprenden a respetar a los demás? ¿cómo no van a ser violentos???

Etc..etc...por desgracia...
Yo también estoy acojonada..

12:22 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Muy preocupante, pero sigamos haciéndoles tontos o muy listos para saber desenvolverse en la vida de despabilados... y eso de la responsabili¿qué? y el esfuerz¿qué? que s elo queden los pringaos.... a mí la tele me enseña que hayq ue tener morro y mucho para triunfar... y esto es lo que ha cambiado los conceptos de "triunfar" y la tele es una gran maestra, ya que la del cole, están maniatados y cambia constantemente protegiendo al menor del trauma psicológico que es suspender.
Churno

4:53 p. m.  

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