11 enero, 2006

Primera colaboración

Lo prometido es deuda. Este blog reflejará en este nuevo año no solo mis opiniones sino todo aquello que creo que pueda interesar a los que nos reunimos por aquí. Y esta es la primera aportación. Mi amigo Ramiro, me envió hace unos días (por correo ordinario y de toda la vida) un artículo que yo quería escribir hace tiempo. Es políticamente incorrectísimo. Si lo hubiera hecho yo, probablemente sería un facha, nazi, clasista... Pero este señor de Cartagena, académico él, lo expresa tan bien y tiene las cosas tan claras que lo único que puedo hacer es levantarme y aplaudir...

Habla sobre la educación y el conocimiento como la base inexcusable de un necesario nivel social... Pero mejor que lo diga él mismo.

Por cierto, para los que deseeis seguir disfrutando de su pluma en internet (y por aquello de la autoria) os diré que está extraído de la pagina web: www. heraldo.xlsemanal.com


Homesplante la hueva emporá’ por Arturo Pérez Reverte

Hace unas semanas, en la tele, un deportista al que entrevistaban se hizo repetir tres veces la pregunta, y al final confesó que no podía responderla porque no entendía una palabra. Que no se aclaraba con el farfullo del periodista. Creo recordar que la pregunta era: “¿Homesplante la hueva emporá?”, formulada con cerradísimo acento andaluz. Al cabo de un rato, y tras darle muchas vueltas al asunto, llegué a la conclusión de que lo que el periodista había querido preguntar era “¿Cómo te planteas la nueva temporada?" Y oigan. Nada tengo contra los acentos. Lo juro. Ni contra el panocho de Mursia, ni contra el gallegu, ni contra el valensianet de Valensia, ni contra ningún otro. Todo es parte de la rica pluralidad, etcétera, de las tierras de España; y a mí también me sale el cartagenero cuando estoy con mis paisanos o cuando me cabreo y miento el copón de Bullas. Pero no se trata de acentos. Lo que me dejó incómodo fue el toque chusma de la cuestión. Para entendernos: hace sólo unos años, al periodista del homesplante la emporá, en su televisión, en su radio, en su periódico o en donde fuera, no le habrían dejado abrir la boca. Por cateto.

Y ahora dirá alguien, en plan buen rollito, que también los catetos tienen derecho a ser periodistas y preguntar cosas. Pues lo siento. Niet. Ni de coña. Los catetos, lo que tienen que hacer es dedicarse a otra cosa, o hacer los esfuerzos adecuados para dejar de ser catetos. Y los jefes de los catetos –y las catetas– que andan sueltos por ahí, preguntándoles por las huevas de la emporá a los futbolistas y a los premios Nobel de Literatura, lo que son es unos irresponsables y unos pichaflojas, incapaces de poner las cosas en su sitio y darle dignidad al medio que les paga el jornal.

Hemos llegado a un punto en el que todo vale, donde tener unas tragaderas como la puerta de Alcalá se toma por patente de salud democrática, talante y besos en la boca; mientras que poner las cosas en su sitio, exigir que los estudiantes estudien, que quienes escriben no cometan faltas de ortografía, que los que hablan en público controlen los más elementales principios de la retórica, o por lo menos de la sintaxis, se toma por indicio alarmante de que un fascista totalitario y carca asoma la oreja.

Es devastador el daño que hacen, en ese registro, dos elementos recientemente incorporados en masa a la vida pública: el periodista iletrado y el político analfabeto. Ambos flojean precisamente donde más sólidas debían ser sus vitaminas, y no me refiero sólo al lenguaje infame con que nos vejan a diario; sino también a lo que éste contiene. Un periodista utiliza el idioma como herramienta principal en su trabajo de informar y crear opinión, y un político es alguien que, aparte una presumible formación ética y una cultura –pero de eso no vamos ni a hablar, porque a fin de cuentas estamos en España–, necesita un conocimiento elemental de los recursos de la lengua en la que se expresa cuando habla en público o se dirige a sus ilustres compañeros –o cómplices, o lo que sean– de negocio. Y lo terrible es que la funesta combinación de ambos personajes, periodista iletrado y político cenutrio, es la que marca ahora el tono de la vida pública española.

Nunca hubo tal acumulación de disparates, de bajunería expresiva, de servilismo a lo socialmente correcto, de desconocimiento de las más elementales reglas de la comunicación oral o escrita. La ignorancia, la desorientación y la gilipollez son absolutas: bulling por acoso escolar, mobbing por acoso laboral, género por sexo, fue disparado por le dispararon o fue tiroteado, severas heridas por graves heridas, apostar en vez de proponerse, decidir, querer, intentar, pretender, desear o procurar. Y así, hasta la náusea. Cualquier murga nueva, cualquier coletilla, cualquier traducción pedestre del guiri, cualquier tontería o lugar común, hace fortuna con rapidez pasmosa y se propaga en boca y tecla de quienes, paradójicamente, más deberían cuidar el asunto. Todo eso, claro, acentos y farfullos aparte.

Y así, algunos desoladores productos de la nueva generación de periodistas hijos de la Logse, la desaparición de la antigua, venerable y utilísima figura del corrector de estilo en los medios informativos, y la ordinariez de la ciénaga donde a menudo se nutre la vida política española, nos tienen a merced de tanta mala bestia que nos bombardea con su zafiedad y su incultura, contaminándonos. Y nadie se atreve a exigir lo razonable: que lean y se eduquen, que cambien de oficio o que cierren la boca.

14 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Plas, plas, plas... y esta peste se extiende rápida y el vocabulario que nos ofrecen estos periodistas en todos los medios es cada vez más penoso y nos contamina y no estamos preparados para discernir lo que está mal. Es terrible pero a la vez que empobrecemos nuestro lenguaje también nos empobrecemos nosotros y nos volvemos incapaces de argumentar, de pensar o tener sentido crítico y así, somos más volubles y fáciles de convencer por la soflama de la autoridad.
Yo estoy cagao.
Churno

4:08 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estoy de acuerdo...el nivel de exigencia a los profesionales de cualquier tipo cada vez es menor...hoy cualquiera vale...cualquiera se promociona, aunque no tenga ni puta idea...pero evidentemente los que vemos por la tele son los que más "cantan"...los que más se ponen en evidencia....aunque como dice Churno...como estamos perdiendo el sentido crítico...ni siquiera nos damos cuenta de que son patéticos...

9:08 p. m.  
Blogger Pedro Luis Barbero said...

Lo peor no es el vocabulario, catetos (como dice Perez Reverte) ha habido siempre. Lo realmente nocivo son esos jefes cuyo trabajo es "ser los malos de la película" y que "dejan hacer, dejan pasar", en muchas ocasiones porque ellos son los primeros catetos. Lo de los politicos es para echarlos de comer aparte. Dejando a un lado las ideologias, creo que el ejecutivo que tenemos ahora es el más mediocre (academicamente hablando) que ha tenido la Historia de España y eso lo pagamos.

P.D. No lo digo porque los actuales mandamases sean socialistas. Alfonso Guerra me parece una de las personas más brillantes que he conocido, y cada vez que le veo en televisión me quedo escuchándole diga lo que diga. Me parece alguien, al margen de su ideología, una persona a la que hay que prestar siempre atención.

8:52 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Puestos a ser tan cuidadosos con todo lo referente al lenguaje, no estaría de más decirle al Sr. Pérez que "gallegu" es una tremenda estupidez y que demuestra su ignorancia en muchos temas. En gallego no decimos "gallegu" o "señoritu" tal y como se ha reflejado miles de veces en películas y sainetes varios. Esa terminación en "u" no tiene nada que ver en gallego con la realidad fonética de la lengua de Rosalía. Y aunque los gallegOs estamos muy acostumbrados a que se nos use como paradigma del cateto gracioso, no deja de ser ofensivo. Al menos, a mí me ofende. Con ello, el resto del discurso del Sr. Pérez, pierde mucho su valor al criticar el catetismo, cuando él mismo parece formar parte de tan exquisito club. Pero está claro que hay quien ve la paja en el ojo ajeno...

Los dioses nos libren de tanto majaderU.

(Besos, Pedro)

9:32 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Al anónimo anterior que expuso esto:

"Con ello, el resto del discurso del Sr. Pérez, pierde mucho su valor al criticar el catetismo, cuando él mismo parece formar parte de tan exquisito club. Pero está claro que hay quien ve la paja en el ojo ajeno..."

me gustaría hacerle una pregunta ¿Tiene razón en lo que dice el Sr.Pérez a pesar de ser un cateto según tu apreciación?

Churno

2:53 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"No te ofendas...." pero me parece que has sacado el pie del tiesto...No considero que el Señor Pérez pertenezca al club de los catetos por haber reproducido por escrito lo más característico del ACENTO de gallegos, valencianos etc....Además se explica.....no se trata de ser de un determinado sitio...donde se hable de una u otra forma...sino de ser un palurdo...hayas nacido en Galicia, en Madrid o en Huelva....
Ah...tengo amigos gallegos...y efectivamente no terminan las palabras en "u"... pero ¿cómo recoges la musicalidad del gallego por escrito???

3:04 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡¡¡¡¡¡SOY A PEDRA...NO PEDRO!!!!!

3:05 p. m.  
Blogger Pedro Luis Barbero said...

Así me gusta, que esto se anime...

3:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

1) Si digo q pierde valor, es porque digo eso mismo: que pierde. Obviamente le estoy dando valor al discurso, si no, no perdería nada porque nada tendría. (¿Ves? se nota que soy gallega... jejeje)

2) Podría describirse con: "galleguiño", por ejemplo. Si no, es como si me refiriese a Madrid como "madrileñus" que, francamente, nada tiene que ver... pos lo mismo mismamente.

3) ¿Alguna pregunta más?

8:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Creo que nos alejamos del tema....
Yo soy de madrid...y personalemente nunca me han ofendido las "imitaciones" de nuestra forma de hablar (tipo egggggggggque, como Bono...,ni las generalizaciones de personalidad...que todos somos unos chulos????....pos fale...que macarras???? pos fale....a mí siempre me ha dado lo mismo...y soy consciente de que hay mucho paleto de "la capi"...pero no sé...a mi no me ofende.....pero insisto....no creo que sea despectivo describir la forma de hablar de los gallegos como lo ha hecho el Sr. Pérez...y mucho menos que por ese motivo(si es que efectivamente su intención fuese la de despreciar) pueda considerársele un cateto...

9:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No creo que Pérez Reverte haya querido ofender a los gallegos. Por cierto ¿alguien ha leído el artículo en su edición original, en soporte de papel? A lo mejor allí no dice "gallegu". Se publicó en "El semanal".
De todos modos escribir "gallego" con acento ídem tiene su cosa: ¿galeegô? ¡Necesitamos a Roland Barthes!
Finalmente, los que se ofenden sin motivo también son un poco catetos.
Anónimo Venenciano

9:47 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pero las boinas me sientan de muerte, querido...

Cateta a babor

10:09 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pedro comoesto siga así te veo haciendo un foro o un chat para discutir sobre las ideas que nos plasmas (de manera tan original y brillante, todo sea dicho) de una manera más directa.

churno.

3:11 p. m.  
Blogger Pedro Luis Barbero said...

Querido Churno, no solo espero que esto siga así sino que vaya a más... Yo solo lanzo la piedra, y espero que los demás os animeis a hacer lo mismo. En cualquier caso, leo con interés (con mucho) todas vuestras apreciaciones. Os conozco a la mayoría (y me encanta que cada vez se sume más gente que no tengo el gusto) y se que las discusiones serán de nivel.

Ah, y sin talante por favor, que no hay nada más sano que defender apasionadamente un argumento.

9:56 a. m.  

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