28 noviembre, 2005

LOS REYES MAGOS Y SUS PSICOANALISTAS

Este blog no es para menores de ocho años, así que si hay alguno leyendo esta página en este preciso momento le ruego que cierre el Explorer y vuelva a la tele a seguir alienándose con dibujos animados japoneses estilo Doraimon. Bien. ¿Ya estamos sólos? Pues empecemos por aclarar algo: los Reyes Magos son los padres.

Así que, convertido desde hace unos años en Melchor, Gaspar y Baltasar, me empiezan a llegar las cartas de mis hijos. Sí, digo cartas, porque de aquí al seis de enero no dejarán de llegarme misivas con múltiples peticiones. Cambiantes, contradictorias, apasionadas, ilusas...

Ellos, que no sospechan que sus padres son espías infiltrados de los Reyes, serán manipulados convenientemente para que pidan aquello que nosotros ya hemos elegido por ellos. Que cabrones somos. Claro que así actúan nuestras televisiones con nosotros cuando llegan las consabidas elecciones. Nos venden aquello que quieren que compremos y después hasta nos parece que somos libres. Pero bueno, no nos desviemos del tema que entonces me deprimiré.

Acudo a los catálogos de juguetes de los distintos bazares y grandes almacenes. Descubro con gran consuelo que la mayoría de los juguetes ya existían cuando yo era un tierno infante si es que lo fui alguna vez. Desde el Monopoly al GeyperMan, ahí siguen, resistiendo al paso del tiempo. Más políticamente correctos eso sí. Ejemplo: yo tuve el GeyperMan Oficial Nazi de las SS, rubio, con sus pantalones bombachos y cara de cabrón que acojonaba al Casco Azul de la ONU de mi hermano. Siempre me gustaron más los malos, que se le va a hacer... Ahora, alucina, los niños pueden elegir entre el Guardia civil y el ¡legionario! con cabra y todo.

Pero no todo iba a ser tan fácil. Mi hija me reclama un artículo que no encuentro. Así que me voy a Internet. Tecleo el nombre del juguete en cuestión y rápidamente aparece en la página de El Corte Inglés. Lo primero con lo que me topo es con una foto de la cosa en cuestión y esta leyenda:

“Aspectos Psicopedagógicos de este Juguete”

Coño. Te analizan el juguete para que no compres al tun tun. Para que sepas que le estás dando a tu hijo, si está de acuerdo a sus capacidades y a tus inquietudes. Que mal padre soy. Y yo que solo quería comprarle algo para satisfacer su deseo consumista... Así he salido yo de “tarado”. Mis padres nunca gozaron de esta ayuda. Iban al almacén de juguetes más próximo (o más alejado) e intentaban acomodar nuestros deseos a su bolsillo. Y bastante bien les salió teniendo en cuenta que nunca gozaron de estas modernas ayudas. Menos mal que de un tiempo a esta parte tenemos psicólogos...

Sigo leyendo.


Afectividad : Despierta el afecto y el cariño permitiendo expresar sentimientos y emociones diferentes.

Habilidad manual : Desarrolla la destreza al utilizar las manos para construir, manipular piezas pequeñas, recortar, etc..

Imaginación y creatividad : Permite imaginar historias y situaciones nuevas, o desarrolla la imaginación creando o construyendo objetos propios.

Lenguaje : Favorece la utilización del lenguaje, ya sea hablado o escrito. Ayuda a expresar ideas, sentimientos y a conocer palabras nuevas.

Joder... Esto me hace sentirme bien. Yo que pensaba que le iba a comprar un simple juguete y resulta que estoy facilitando a mi hija todo un instrumento personal de socialización, de desarrollo intelectual y mental así como una herramienta que le permitirá aumentar su capacidad creativa... Hecho. Se lo compro inmediatamente.

Atención pregunta.... ¿Qué juguete me ha pedido mi hija?

Respuesta: una muñeca.

¡¡¡Una muñeca!!! ¡¡¡Una jodía muñeca!!! Vuelve a leer lo que puede conseguir un simple trozo de plástico con forma de mujer (más o menos adulta) y comprobarás la imaginación y el talento que hay que tener para vendérnosla de esa manera. Admiro a los psicólogos. Son capaces de hacernos ver la realidad de un modo que nunca soñamos. ¿Cómo mi generación ha podido sobrevivir sin ellos?

Pero lo mejor está por llegar. La muñeca en cuestión se llama Irene Ejecutiva. Viene con su teléfono móvil, su maletín, su sillón de cuero... y todo tipo de accesorios que la convierten en una perfecta yupie agresiva. Que vaya temblando la meliflua Barbie. Y no digo ya el blandito de Ken... Se lo pasará por la piedra y luego se quedará con su puesto de trabajo.

Lo que no dice el catálogo es si Irene lleva incorporado el estrés, el SDSI (Síndrome de Deseo Sexual Inhibido), el Prozac y la mala ostia. Por supuesto, garantizan que Irene nunca se quedará embarazada, no engordará gracias al médico dietista y al gimnasio incorporado que puede adquirirse también, y apretando un botoncito en su espalda grita frases como ¡Compra mil acciones! ¡Te dije que vendieras so inútil! ¡A la puta calle! y una última que le suelta a la niña: ¡Si quieres una amiga cómprate un perro!

No sé... a mi la tal Irene me acojona. Debe ser que soy de otra generación...

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tú lo tienes fácil....a tí al menos te dan la carta....a mi, mi hija de 7 años, cuando le he preguntado qué ha pedido para Reyes...me ha contestado: ahhhh... cuando lleguen lo verás!!!!!
Y ahora qué hago???? Desde luego Irene no va a entrar en casa....

11:05 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

ahhhh.... si es son de listos estos niños.... bufffff....

:-)

11:18 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡Glub! La verdad es que acojona la manera que te venden lo que tienes que comprar... si no lo haces te crea un sentimiento de culpa que te cagas.

churno

11:25 a. m.  

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