" La vida debe ser una locura, si no se reduciría todo a un puñado enorme de lunes..."
Ted Griffin en "DICEN POR AHÍ" (2005)

Acabo de terminar de leer “A su manera”, una biografía (no autorizada y no me extraña) de Frank Sinatra, este tipo al que sus amigos llamaban El viejo ojos azules (Old blue eyes) Me siento bien, me siento mal, me siento fatal, me siento... iluminado. ¿Cómo a alguien pueden pasarle tal cantidad de cosas? Ojo, no digo cosas buenas. Digo cosas. Y que capacidad para absorberlas todas... Vinieran del lado que vinieran. Repaso mi vida y me doy cuenta que la daría entera, no ya por que se pareciera a la suya, sino porque mi vida tuviera la intensidad de uno solo de los capítulos de ese libro. Pero no voy a deprimirme. Todo lo contrario. Sinatra nos enseña que la vida hay que beberla a tragos largos, compulsivos, emborracharse de ella aunque al día siguiente nos levantemos con una resaca de mil demonios. Esa es la enseñanza de una vida sin enseñanzas. A la vida hay que jugarla al ataque. Jugar bonito aunque luego nos la metan. Nunca jugar a no perder, encerrarnos atrás con un catenaccio que nos dé como resultado un horrible empate a cero que nadie nunca recordará. A tu salud Franky, let´s fly...
1 Comments:
Vale...yo también voy a jugar...y que sea lo que dios quiera....
Gracias Frank...
Gracias Pedro...
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