COMO UN TORRENTE
"Algunos policías de Alemania Oriental eran rudos y suspicaces.
Otros, eran suspicaces y rudos."
Billy Wilder y I.A.L. Diamond en "UNO DOS TRES" (1961)
Otros, eran suspicaces y rudos."
Billy Wilder y I.A.L. Diamond en "UNO DOS TRES" (1961)

En cualquier caso, creo en Santiago. Ha demostrado que tiene ese algo que solo tienen los más grandes y es ese grado de conexión con el público que no se enseña en las escuelas de cine. Y para que no se diga que lo digo de tapadillo, lo he escrito en mi columna de GALAXIA, una revista que os recomiendo...
"Torrente 3 ha batido todos los registros de taquilla en el primer fin de semana, por delante de la saga de las galaxias, de los anillos y de la madre que los parió. Ole, ole y ole.
Y es que si ellos tienen a Tolkien, nosotros tenemos a Segura. La Tierra Media posee muchos menos matices que la piel de toro. Si allí cantan los elfos, aquí lo hace el Fary. Si allí tienen las hadas del bosque de Lothlorien, aquí tenemos las putas de la casa de campo. Y ¿quién necesita ir a la guerra contra los orcos pudiendo pelear en la barra de un bar por un Madrid-Atleti?
Santiago continúa la España pícara de Los Tramposos de Tony LeBlanc, la España paleta de buen corazón de Paco Martínez Soria, la España desarrollista de los persigue-suecas de Landa y la España aperturista de los salidos Esteso y Pajares para llegar a la España inmutable de Torrente. La España de la españolada, nuestro género patrio. Y a mucha honra. Como decía Resines en La Niña de tus ojos, ¿qué vamos a hacer los españoles? ¿Bulgaradas? ¿Argentinadas?
España es Cañita Brava, los Grandes Hermanos, Yola Berrocal y el Cuñaaaaaao. Esto es lo que somos, y no cambiamos. Que inventen ellos, que diría Torrente con palabras de Unamuno.
Segura no engaña. Los críticos (ahora molestos con el director) son los mismos que creían ver crítica social donde él solo ponía tradición. Ahora ya no se ríen con las pajillas, el pedo y los negros tras el filete. y es que donde antes veían una farsa, ahora intuyen cine social y cuando la gente se ríe de eso... eso ya no hace tanta gracia, que una cosa es el espejo deformante y otra cosa el cristal trasparente. Bien está que el bufón haga reír, pero cuando se convierte en el rey...
Por eso temo por él. Porque la españolada con el tiempo se descompone y se convierte en pim pam pum del pueblo. Nos avergonzamos de lo que éramos como de un pecado de juventud. Y lo negamos tres veces o trescientas. Pero este país se siente eternamente joven y no dejamos de pecar... porque nos encanta. Así que inventamos nuevos pecados para sustituir a otros viejos... aunque, en el fondo, sean los mismos.
Porque España no es la modernidad de Almodóvar, ni la internacionalidad de Amenábar... España es Torrente. Un Torrente que nunca ganará un Oscar. Ni falta que nos hace. “Con dos cojones, amiguete...”
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