17 noviembre, 2005

EL TIEMPO YA NO ES RELATIVO

" La angustia por el paso del tiempo nos hace hablar del tiempo que hace..."

J.P. Jeunet y Guillaume Laurant en "AMELIE" (2001)



Un grupo de científicos dedicados a medir el tiempo se están planteando si añadir a este año que termina un segundo más. Me explico. Parece ser que 2005 no debería acabar el día treinta y uno de diciembre a las veintitrés horas, cincuenta y nueve minutos y cincuenta y nueve segundos. No. Tendría que acabar un segundo más tarde. ¿Y eso? Pues está clarísimo. El movimiento de rotación de la Tierra se está decelerando. Nuestro planeta ya no gira sobre sí mismo a la misma velocidad que hace siglos. Se está cansando. Se vuelve viejo... y claro, ya no corre como hace años. Que el tiempo no perdona a nadie ya lo habíamos comprobado en Zidane, en Sara Montiel y hasta en Cher. Pero lo de nuestra vieja Tierra no nos lo esperábamos.

La discusión según parece es fenomenal. Un segundo es un segundo, y si lo dejamos pasar, para el 2600 el retraso sería entonces de ¡¡¡media hora!!! Normal que estén tan preocupados. Un segundo pase, pero treinta minutos... La de cosas que nos perderíamos si perdiéramos media hora. Entiendo su preocupación. Yo, en mi ignorancia, pensaba que sería fácil corregirlo. ¿Quién iba a darse cuenta de que cuando los relojes de las puertas del sol de todo el mundo dieran las doce campanadas metieran una más de rondón? Apuesto que nadie. Entre las borracheras, los gritos y las uvas atragantadas se le pasaría por alto a todo dios. Y si no, se le echaría la culpa a la Carmen Sevilla de turno que lo retransmitía por televisión. Pues no... Es imposible. Pero no por ningún alto motivo de coordinación entre países y organizaciones científicas del mundo civilizado... No. Según parece, el problema lo tenemos con los ordenadores. No es posible cambiar los procesadores de todo el mundo a la vez. Un segundo es demasiado tiempo para estas máquinas. Como mucho se podrían retrasar una cienmilésima de segundo. Es todo lo que están dispuestos a transigir nuestros amigos hechos de bits. Para ellos, un sesentavo de minuto es una eternidad.

Y entonces me he sentido afortunado. Yo pierdo cientos de segundos a lo largo del día: en la cola del súper, esperando que alguien coja el teléfono, esperando que se caliente el agua de la ducha, en el parking... No me había dado cuenta de que soy millonario, de que desperdicio el tiempo como un jeque saudí dilapida petrodólares en Marbella. La noticia me ha hecho sentirme mejor. Tengo tiempo. Mucho tiempo. Y el tiempo es oro. Lo que me jode del tema es que ya no seamos ni dueños de nuestras decisiones. Que los ordenadores tengan ya el derecho de veto sobre todo lo que hacemos. Por el camino que vamos, un 29 de agosto Skynett tomará el poder y a tomar por saco todos. Ya lo he visto en Terminator...

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Una reflexión deliciosa lo tiene todo. Es divertida, irónica, apocalíptica, movilizadora de mis perezosas neuronas, cómoda y demoledora.

Gracias por dibujarme una sonrisa de forma tan inteligente. ültimamente comparando con lo que leo en prensa y escucho en televisión, esta reflexión tuya me ha parecido una puta delicia.

Churno

11:39 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

No me extraña que sea tan importante el tema...¿Sabes la cantidad de cosas que se pueden hacer en un segundo????????......
Aunque pensándolo bien...este año ha sido tan cojonudo..que no me importaría que durara un segundo más.....venga...vale..tampoco es cuestión de ser avaricioso...pues una décima de segundo más...

2:21 p. m.  

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