02 enero, 2006

¡¡¡PEPE, UN PURITO!!!


Nostalgia del año que pasó... No volveré a escuchar este grito de guerra ya clásico en el Carrusel deportivo de la Cadena Ser... ¡¡¡Pepe, un purito!!! Un grito que no era publicitario sino de identidad. Hasta mi hija cuando tenía poco más de un año, lo repetía cuando lo escuchaba por la radio... Mi hijo ya no podrá hacerlo. En fin, es el cambio de los tiempos. No soy fumador, pero empecé el año deleitándome con el tanga de la Igartiburu (¿para cuando un club de fans de esta chica?) y encendiendo un buen Cohíbas. Si fumar es de derechas, como dijo ZP, agarrarse a un purazo de esta marca símbolo del capital, supongo que es de extrema derecha... Vaya manera de empezar el 2006. Veremos como lo acabamos.

De momento se acabó el fumeque y empezó la cruzada contra los fumequeadores. Persigámoslos. Ellos nos quieren quitar nuestra salud. A por ellos. Al ataqueerrrrr, que gritaría Chiquito. Como decía Woody Allen, que escuchaba a Wagner y le daba ganas de invadir Polonia, este país a la que nos dejan un poquito, sacamos rápido esa Inquisición que llevamos dentro. No la inventamos pero, coño, que bien que la asumimos. Dije hace años, me apunto el tanto, que los ceniceros dentro de unos siglos se convertirían en lo que para nosotros hoy son las escupideras. Estoy camino de acertar. Otros con menos montan un 906 o un 803 de esos.

Yo seguiré fumando puros, en la intimidad eso sí, porque uno siempre pertenecerá a la resistencia contra cualquier tipo de autoridad. Mi anterior reencarnación debió de ser de la Francia de los primeros cuarenta o es que, como decía Berlanga en Todos a la Cárcel, cuando se pasa de una determinada edad a uno solo le apetece hacer la puñeta...

Una de las cosas que más me gusta de esta ley es que no se puede incitar a los jovenes a fumar. Así, se prohíbe la venta de cigarrillos de chocolate a los menores, o cualquier tipo de dulce o artículo que pueda inducir a los pequeños a fumar. Bien hecho. Una acotación, el lenguaje es importante así que deberían empezar a suprimirse en los colegios (o perseguirse, si nos ponemos severos) expresiones como Te voy a meter un buen puro o Vamos a fumarnos la clase.

Solo tengo una pregunta para esta ley: como guionista de cine ¿puedo hacer que uno de mis personajes fume? Y si es una película para menores ¿no es eso incitación al fumeque? ¿Es entonces ilegal? ¿Me obligarán entonces a quitar el personaje o modificarlo? ¿Será motivo de que en la calificación del Ministerio de Cultura la película no sea considerada como tolerada? Y como director ¿puedo obligar a un actor que en aras de lo que dicta su personaje se encienda un cigarro? No te digo ya si el actor en cuestión no fuma y piensa que dicha actitud va contra su salud... Y si, finalmente, lo hace ¿puede el operador o el de sonido denunciar a la productora ya que se está fumando en su lugar de trabajo?

Pues aquí no acaba la cosa... Anuncian ahora medidas contra el alcohol. Bieeeeeeeeeeen. Ahí si que no me pillan. No bebo nada. Casi ni agua. Pero surgen entonces más preguntas... ¿Habrá en los bares, como se han acotado ahora lugares para fumadores y no fumadores, zonas de bebidas alcohólicas y zonas de refrescos? ¿Se podrá beber en la oficina? ¿Habrá salas de bebedores? ¿Volveremos a las petacas escondidas? Ays que nostalgia me dan estas cosas...

Lo que me preocupa, en serio, es que como para la bebida no hay la excusa de “el bebedor pasivo” (como si existe la del “fumador pasivo”) ya que mis grados de borrachera no influyen en el hígado del tipo que tengo al lado bebiendo una Coca Cola, empieza a extenderse la razón para el "perseguimiento" de que los que beben cuestan mucho a la Seguridad Social. Es la nueva consigna: usted cuesta a la sociedad así que le vamos a apartar del sistema, o lo que es peor, se paga usted su adicción. Bieeeeeeeen. Apoyo la moción. Así ahorraremos dinero...

Pero... Si lo hacemos con los que beben ¿por qué no con los que comen? Lo de los gordos es indignante. Es intolerable la cantidad de calorías y colesterol que se mete la basca en el cuerpo sin tener en cuenta su salud y claro, luego los regímenes, los especialistas, las operaciones de reducción de estómago y demás ¿quién las paga? La Seguridad Social, o sea, usted y yo. A mí también me gustaría meterme entre pecho y espalda un doble Wooper con doble mayonesa, doble queso y doble patatas fritas todos los días y, sin embargo, resisto a la tentación. ¿Y saben por qué? Porque pienso en los demás, en el sistema sanitario y en que la sociedad no tienen por qué pagarme mis vicios... ¿No habría que iniciar ya mismo una campaña contra estos establecimientos dispensadores de colesterol a granel? ¿Por qué tienen bula entre nuestra infancia y juventud el Burger King o el McDonalds? De momento habría que empezar a prohibir sus anuncios dirigidos especialmente a los menores, al payaso ese más peligroso de John Gacy. Les hacen adictos a las grasas y a los conservantes. Pues eso... a acosarles, que ya están tardando.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Cómo me he reído con éste!!!!!!!!!!!!....osea que no comes Wooper porque piensas en los demás....en el sistema sanitario....ajajajajajajajjajajaj
Si nos ponemos en ese plan tonto...también cuestan mucha pasta los viejos...a tomar por culo todos...venga...desde que uno cumpla la edad de jubilación y deje de ser productivo para la sociedad... al paredón...!!!
No te digo...

2:16 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home