10 octubre, 2008

THIS IS THE END

"Los viejos sueños eran buenos sueños. No se realizaron pero me alegro de haberlos tenido.

R. LaGravensese en LOS PUENTES DE MADISON (1995)





Llega el día más difícil desde que aterricé aquí a principios de agosto.

Odio las despedidas. Puedo soportar las de las personas, pero no las de los sentimientos. Hubiera preferido no volver. Ayer estuvimos de marcha-borrachera-exaltación de la amistad algunos de los compañeros de viaje... terminamos en un bar sacado de una película de Lynch. Sólo faltaba el enano y el travestido cantando con un micro luminiscente una canción decadente. Habría sido un buen punto y a parte. Pero había que despedirse. Al menos de las últimas tropas que serán las últimas en desmontar la sombra de nuestro fracaso.

Entro en el silencio del plató. Me inundan los ecos, como fantasmas, de un equipo trabajando. Pero son son eso: espectros de momentos, buenos y malos. Peores y mejores. Pasados ya en cualquier caso. Ayer, a estas horas estábamos rodando. Ahora están empezando a desmontar el decorado. Ayer era el envoltorio en el que se creaban sueños. Hoy es sólo madera para reciclar. ¡Qué estupidos se vuelven los campos de batalla cuando los muertos desaparecen y los soldados vuelven a casa...!

Pero esta es nuestra profesión. Vivir intensamente los sueños y despertarnos de un golpe. Un golpe que nos recuerda que esto es sólo un trabajo. Que no somos la familia que creímos ser. ¿Por qué somos capaces de ser felices y no darnos cuenta? Sólo queda recoger las cosas, meterlas en una caja, y echar de menos lo que un día se hizo cotidiano.

Una caja en la que no puedo meter las miradas cómplices con Luisa. Los abrazos mañaneros de Gracia. Los besos de Carmen. La sonrisa amplia de Xavi. La energía de Edu. Los apretones de manos sinceros de Josu. La sabiduría de Manuel. El glamour de Esperanza y las risas de Alex y Pepe. Pero irán conmigo ya siempre porque van tatuados en mi cerebro. Y lo que es mejor, pase lo que pase, cuando nos encontremos recordaremos Viva Luisa con una sonrisa en los labios... Eso no es una derrota. Mi experiencia me ha enseñado que las audiencias se las lleva el tiempo. Los momentos que las generaron, no. En poco tiempo no recordaremos que share nos mató. Sólo las lágrimas de la despedida...

Pero, como dice un amigo mío, los entierros son para llorar y los velatorios para emborracharse... Así que Fausto, Albert, Camacho y un servidor (cumplida ayer la primera parte de la premisa) hemos ido a cumplir con la segunda, no sin antes darnos un buen homenaje. Hacía mucho tiempo que no me tomaba dos Gin tonics y dos habanos (purazos Montecristo).

Era casi de noche cuando hemos vuelto al plató.

El todoterreno arranca mientras muere el día, la semana y un sueño... Mientras nos alejamos en silencio, miro por la ventana del copiloto del coche de Albert. El humo de los puros inunda mi mente y abotarga mis sentidos, que no mis sentimientos. Ya tengo mi Vietnam particular. Me parece escuchar el sonido de los motores de esos últimos helicopteros que dejaban Saigon: los soldados volvían envueltos en fracaso y borrachos de pasado. Derrotados pero vivos... Estamos vivos con una cicatriz más que nos recuerda que no ha sido un sueño.

El futuro no existe. Sólo son dos railes que llevan a una estación que no vemos.

This is the end...

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Al leerte me ha dado miedo estar metiendome en esta profesión...

-Temazo por cierto-

10:10 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

He aquí la demostración de cómo hay que tratar al fracaso tanto como al éxito.
Saludos y hasta pronto.
Clásico Wilson

10:36 a. m.  
Blogger Pedro Luis Barbero said...

Por qué miedo?

Saludos

9:32 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por qué ya veia la una carrera difícil de por si...y ahora le veo hasta angustiosa...

10:19 p. m.  
Blogger Pedro Luis Barbero said...

No es dificil. Es muy dificil. Y no es angustiosa. Es horriblemente angustiosa en muchos momentos... y por eso nos encanta. Te aseguro que una vez que lo pruebas te engancha.

En cualquier caso, ya dije que todos en este negocio tenemos un componente masoca.

Pero para cosas fáciles y tranquilas uno se hace taxidermista (con todos mis respetos hacia estos grandes profesionales). ¿no?

Saludos

10:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Son muchas luchas la verdad es que sí. Pero yo creo que vale la pena, no? Si aunque sea difícil seguimos con ello supongo que es por qué es lo que realmente queremos, y el masoquismo es sintoma de de la busqueda de nuestra felicidad. Al menos hablo por mi.

9:39 a. m.  
Blogger José Antonio de Cachavera said...

Si te parece duro, te pasas un rato por el blog de mi hermana:

http://toche.blogspot.es/

Y luego ya, me cuentas si nuestra vida es dura, o si, mejor, nos callamos y nos declaramos afortunados incluso en nuestros fracasos.

3:34 p. m.  

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