02 abril, 2007

ATLAS

A veces cuando algo sucede, pensamos que no debería haber ocurrido así.
Por eso sentimos, cuando muere un ser querido, cuando perdemos unas elecciones, cuando sufrimos cualquier derrota, que todo ha terminado.
Y no es verdad. Ése es el principio siempre. Porque la grandeza se alcanza,
no cuando todo va bien, sino cuando la vida te pone a prueba, cuando tienes un gran tropiezo, cuando te decepcionan, cuando la tristeza te invade. Porque solamente estando en lo más profundo del valle, puede saberse lo magnífico que es estar en la cima de una montaña".

Oliver Stone en “NIXON” (2000)



Madrid, 3 de abril de 2007


Los peores viajes son aquellos que no llegamos a hacer. Aquellos que planeamos sobre el mapa pero que nunca llegan a tener tres dimensiones, aquellos que esperan con la maleta preparada junto a la puerta, aquellos cuyos sueños duermen doblados bajo el pasaporte.

Viajes huérfanos. Sin fotos, sin recuerdos, sin el cansancio de kilómetros acumulados en el cuerpo…

Llevaba preparando esta expedición desde hace más de tres años largos. Sé que tengo el mapa del tesoro. Sé que el tesoro está allí. Lo enterré yo mismo. Pero, una vez más, no podrá ser. Ayer recibí la noticia del mecenas que trasmitía las funestas noticias. Los dioses cargados de cadenas habían dicho que no. El barco seguirá anclado en la dársena sin poder volar. ¡Que lástima naufragar en el puerto cuando ni siquiera hemos soltado amarras! Yo envié mis naves a luchar contra hombres y sólo me encuentro elementos. Cada vez más es este un país con más elementos…

“La primera vez que alguien te engañe, la culpa será suya. La segunda vez que lo haga, la culpa será tuya…” dice un viejo proverbio oriental. ¿Y qué pasa cuando no eres capaz de engañarte a ti mismo? Lo malo de no saber engañarse a uno mismo es que no hay manera de sorprenderse. Así que no nos deprimimos ni podemos echarle la culpa al otro.

Maldita sea la experiencia y su hija bastarda, la intuición. Es lo malo de hacerse viejo: los cinco sentidos se reducen pero aunque uno pierda vista , las ve venir de lejos; aunque oiga menos, se vuelve selectivo y es capaz de escuchar de todo entre líneas; deja de tener tacto aunque sólo con quien no lo merece, y el gusto se reserva para el vestir y el amor. Por el contrario, es el olfato el que se desarrolla hasta límites insospechados y así se huelen las situaciones antes de que lleguen. Quizá no le hagas caso a tu cabeza... pero no puedes engañar a tu nariz.

Lo peor no es perder. Ni siquiera la cara de gilipollas que dicen que se te queda. Lo peor es la sensación de fracaso sin haber fracasado, la falsa confianza en una espera que desespera, el estremecimiento de pelear en combates amañados para hacer bulto en un estadio sin público, la conmoción de defraudar a los que te quieren y el orgullo de querer a los que no se defraudan. La pena de una carretera cortada que no traerá nuevos paisajes.

Decía la canción que es el destino que se burla de mi... Pero el destino, esta vez, ha dado en hueso. Vengo de una estirpe de buscavidas sin oficio ni beneficio. Acostumbrados a los extremos, y a las duras. Así que no les costó soñar con las maduras. Y esa es la herencia que me dejaron.... Tipos que sin nada que perder, hicieron una raya en el suelo y quemaron los barcos. Y anduvieron. Y anduvieron. Y no llegaron a ninguna parte. No llegaron a islas perdidas que soñaron. Pero esas islas perdidas no dejaron de existir porque ellos no pisaran sus playas. Simplemente siguen allí. Agazapadas. Soñando con ser paraísos perdidos en mitad de un océano cada día más lleno de mierda. Pero no hay nada como fracasar: uno se siente libre de esperanza, libre de temor y libre de miedos… Es entonces cuando hay que adentrarse en la selva. Hoy ya no dejamos nada atrás y, mañana, por delante, aún está todo…

Bien lo sabía Atlas. El gigante que no dejará de subir la montaña aunque el mundo se le escape entre las manos cuando está a punto de coronar la cima. Han pasado milenios y, cada día, sigue empeñado en tan fútil intento. Pero él es así. Bajará la ladera y se volverá a echar el mundo a los hombros…

Y si los dioses quieren reírse, que lo hagan.

Reír es fácil. Luchar es lo difícil…




6 Comments:

Blogger José Antonio de Cachavera said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

8:14 a. m.  
Blogger José Antonio de Cachavera said...

Lo siento, Pedro.

Habrá más proyectos, más mecenas ... o ¿tendrás que convertirte en tu propio mecenas?

No sé. Ánimo.

Lo único que no me ha gustado es lo de que cuando fracasas te sientes libre de esperanza, temor y miedos. No jodas. Que fracase un proyecto en su lanzamiento no compensa con el alivio del miedo al fracaso del propio proyecto. Pero supongo que, en este momento, cualquier consuelo es bienvenido...

Un abrazo

8:15 a. m.  
Blogger Sintagma in Blue said...

El proyecto no fracasa, en todo caso se queda ahí en busca de nuevos puertos, que seguro los habrá.

Besos

9:27 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria y uno no es vencido hasta que él mismo cree serlo.

Parafraseando a Shakespeare: algunas caídas son el medio para levantarse a situaciones más felices.

Entiendo todo la desesperación y amargor que da tan agrias noticias, es normal pero recuerda que el proyecto no ha fracasado sino que una ventana se ha cerrado... por ahora y habrá nuevas ventanas que se abrirán... En todo fracaso hay una oportunidad nueva y tal vez, para este proyecto que aún no ha zarpado de puerto tiene que tomar otro nuevo rumbo. Pero lo que es seguro es que el barco no está hundido, está en puerto y bien colocado.

churno

12:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ese sentimiento de fracaso lleva consigo su propio sentimiento de impotencia, de estar en manos de alguien que hace y deshace. Como dice mi amiga: cuando fracasamos nos damos cuenta de que no somos el cocinero sino los huevos estrellados esperando en el bol para ser cocinados.
Fracasar y triunfar son sensaciones de uno mismo que se disfrutan unos momentos y después desaparecen. Disfruta de este momento, porque te acordarás cuando triunfes.
Luchador y bravo guerrero, cuando resurjas de tus cenizas, se te verá como aquel general Máximo Aurelio en la arena del coliseo romano diciendo quién es y lo que a venido a hacer...Y delante de todos aquellos productores, sonará la música, la cámara girará a tu alrededor, el poder y orgullo te invadirán y los espectadores aplaudiremos haciendo de tu victoria una espera de la nuestra.

Un abrazo fuerte de "tu chica del combo"

5:46 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Mi querido amigo:
Recibi la noticia anoche llegado a puerto y no he podido menos que hacerte llegar la presente misiva, la cual espero recibas aun a pesar de los vientos desfavorables.
Càpita, Capitan: iza la bandera pirata y hazte a la mar de nuevo, olvidate del corso y de servir a otros, quizas haya llegado en buena hora el momento de surcar las aguas hondeando la bandera de las temidas tibias y la terrible calavera".
Un abrazo.

6:58 p. m.  

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